El icónico monte Fuji, símbolo de Japón, cerrará este verano sus cuatro rutas principales de escalada para evitar la propagación de la covid-19 entre los montañeros. La prefectura nipona de Shizuoka, que gestiona tres de las cuatro rutas principales hacia el pico más alto de Japón, anunció este lunes que no abrirá ninguno de los caminos, lo que se suma a un aviso similar realizado con anterioridad por la prefectura de Yamanashi sobre el sendero restante.

En los pasados veranos, grandes cantidades de montañeros ascendieron hacia la cumbre de 3.776 metros de altura en la temporada oficial de escalada, entre el 10 de julio y el 10 de septiembre, cuando gran parte de la nieve suele estar derretida y el peligro de la subida es menor.

El 60 por ciento de estos escaladores lo hicieron por la prefectura de Yamanashi en la ruta "Yoshida", según datos recogidos por la agencia local Kyodo, pero hasta el anuncio de este lunes se mantenía la posibilidad de alcanzar cumbre este verano por los caminos de Shizuoka.

Es la primera vez desde 1960 que las cuatro rutas hacia la cima de este volcán nipón estarán cerradas durante la temporada de escalada, según detallaron las prefecturas.

Las telecabinas establecidas a lo largo de las rutas para acortar camino también estarán cerradas.

El monte Fuji, considerado sagrado tradicionalmente en Japón, es Patrimonio Cultural de la Humanidad según la UNESCO y atrajo a unos 236.000 montañeros la temporada del año pasado, de acuerdo con los datos del ministerio nipón de Medio Ambiente.