Naturgy no deja Egipto, todavía. La batalla legal por Damietta se reactiva, después de que el coronavirus haya tirado por tierra el pacto alcanzado hace poco más de un mes con la italiana Eni, para deshacerse de la planta de Damietta.

A finales de febrero, la energética llegaba a un acuerdo con la italiana Eni para deshacerse de la planta de licuefacción de Damietta, que llevaba sin funcionamiento desde el 2012, por 550 millones de euros en efectivo y la mayoría de activos fuera de Egipto, excluyendo las actividades comerciales de Unión Fenosa Gas en España. Pero el acuerdo estaba sujeto "a ciertas condiciones y fechas que el Covid-19 ha hecho saltar por los aires, entre otras cosas, porque no se puede reactivar la planta.

Según ha comunicado la energética a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), el final de este acuerdo no tendrá "ningún impacto en su política de remuneración al accionista ni en su posición de liquidez, que se ha reforzado desde principios de este año".

Ocho años

En el año 2005, Naturgy inauguró su mayor proyecto en el exterior hasta ese momento, una instalación de licuefacción en la localidad egipcia de Damietta participada en un 80% por la catalana y Eni (UFG) y en un 20% por las firmas egipcias de gas y petróleo, EGAS y EGPC. Pero, en el año 2012, se paró su funcionamiento porque la empresa pública egipcia dejó de suministrar gas alegando un supuesto estado de excepción derivado de la Primavera Árabe.

Entonces, Naturgy emprendió una batalla legal en varios frentes, entre ellos, una demanda contra EGAS ante la Corte de El Cairo y otra contra el Estado de Egipto ante el Ciadi porque su empresa pública no abonó los preceptos acordados entre ambas partes. En ambos casos, el fallo fue favorable a la compañía española. El tribunal internacional obligó a Egipto a pagar 1.500 millones a Naturgy 'por un trato injusto' en agosto de 2018 que sigue en ejecución.