Lleno hasta la bandera. Así fue el estreno ayer del primer autocine de la provincia, promovido por la Concejalía de Turismo del Ayuntamiento de Burriana como una iniciativa de ocio para este verano tan atípico que dio ayer el pistoletazo de salida con la película La, La, Land.

La idea de llevar a cabo proyecciones de films al aire libre y poder disfrutarlas desde el propio vehículo causó una enorme expectación tanto entre los vecinos de la localidad como de otros municipios de la zona.

Visto el revuelo generado con este tipo de cine, el consistorio anunció el pasado jueves en las redes sociales que sería necesario hacer una reserva previa en la oficina de turismo l’Arenal o vía telefónica para acceder al recinto que cuenta con espacio para cerca de 90 vehículos.

El sábado por la mañana las plazas ya estaban agotadas, lo que la concejala de Turismo, Sara Molina valora muy positivamente: «La acogida ha sido muy buena, tanto entre los vecinos de Burriana como de la gente de pueblos cercanos lo que nos acerca al turismo de proximidad que era algo que buscábamos al programar esta actividad». Los que no pudieron disfrutar de la primera oportunidad tendrán opción los próximos fines de semana con Hotel Transilvania 3, el 19 de julio, y Campeones, el 26 de julio, en el mismo lugar, la playa de l’Arenal; y el mismo día y horario, domingos a las 22.30.

Para el arranque no faltó de nada, aunque la lluvia caída durante la tarde hacía temer una posible suspensión. Alrededor de las 21.00 horas los coches comenzaron a llegar al recinto de forma escalonada. Responsables de Turismo y de Protección Civil controlaron los accesos y las matrículas, para comprobar que coincidían con la reserva previa para no superar el aforo marcado.

Montaje y funcionamiento

Poco a poco, el solar adyacente al antiguo camping iba transformándose en algo parecido a un cine, solo que en vez de butacas los espectadores tenían reservado un espacio delimitado en el suelo donde dejar sus vehículos y sacar sillas y mesas. Además el espacio contó con todas las medidas de seguridad implantadas por el Ministerio de Sanidad.

Las palomitas, ritual ineludible para disfrutar del séptimo arte, se sustituyeron por una cena de lo más dominguera: bocadillo, algo para picar y bebida. Y coincidiendo con la apertura de puertas, la pantalla empezó a calentar motores para hacer menos árida la espera con una sorpresa: la final del Mundial de fútbol del 2010 entre España y Holanda, de la que se cumplieron el sábado 10 años. El resultado, sabido por todos y celebrado de nuevo.

Y por fin, silencio en la sala:La, La, Land iba a comenzar. Los círculos de sillas se reubicaron y las miradas se dirigieron al centro. Las notas y coreografías de Another Say of Sun, que podían escucharse mediante los grandes altavoces o en una emisora de radio especial, pusieron el ritmo inicial a la proyección. Pese a la lluvia intermitente, Burriana disfrutó de una noche de cine, mejor dicho de autocine, con amigos, película y una cena bajo las estrellas de un cielo anoche encapotado.