Hay un grupo de población que está aislado dentro del aislamiento, los más vulnerables, los más azotados por esta pandemia. En ellos piensa la Panadería Macián de Castelló cuando prepara diferentes dulces o bollería --su especialidad--, para llevarlos a residencias y hospitales de la ciudad. Monas de Pascua, pilotes o figuras de chocolate han salido estos días de este establecimiento --y seguirán haciéndolo mientras dure el confinamiento-- para endulzar unas circunstancias excepcionales.

Las iniciativas solidarias y altruistas que no buscan más reconocimiento que la satisfacción personal de haber hecho cuanto se ha podido por quienes más lo necesitan se multiplican a lo largo y ancho de la provincia pasando demasiado a menudo de-sapercibidas, cuando ahora más que nunca se hace necesario conocer historias como la que protagonizan Macián «y la Policía Local, porque sin ellos nada de esto sería posible. Están haciendo un trabajo excepcional, no siempre reconocido como merecen», remarca Marimer Sidro, al frente de este negocio familiar que abrió sus puertas en 1950.

Sus donaciones anuales en Pascua ya llegaban a la residencia de la Mare de Déu dels Desamparats de Castelló, y ahora está haciendo extensivo este gesto pensando no solo en los ancianos, sino también en los niños hospitalizados. «Es muy poco lo que hacemos. Solo esperamos contribuir en dar un poco de alegría», afirma.