La crisis sanitaria del coronavirus paralizó los controles generalizados de alcoholemia y drogas. Actualmente, en situación ya de nueva normalidad, todavía existe mucha incertidumbre acerca de estas pruebas de aire expirado y saliva. En Castellón, mientras que la Guardia Civil no ha retomado todavía los test aleatorios en carretera, las policías locales sí han vuelto a realizar estos controles a conductores. En Castelló y Onda, por ejemplo, ya han comenzado, tras la reapertura de los locales de ocio nocturnos.

En el caso de la Benemérita, se llevan a cabo solo en circunstancias puntuales. Si existen evidencias de que una persona circula de manera anómala o sufre un accidente de tráfico, los guardias civiles la someten a las pruebas. Sin embargo, según confirman fuentes sindicales a Mediterráneo, los controles estándar no se han vuelto a hacer desde que comenzara el estado de alarma.

PIDEN SEGURIDAD Y MEDIOS

«Como los conocíamos antes no se están haciendo. Es un tema delicado porque hace falta un protocolo muy claro y ahora mismo no hay nada establecido al respecto», comentan desde las asociaciones profesionales. «No es descartable que, sin los medios adecuados, los controles pudieran ser un foco de contagio porque, aunque se cambien las boquillas, siempre quedan esporas de saliva en el interior del alcoholímetro. Las asociaciones de la Guardia Civil creemos que para volver a realizarlos también haría falta, al menos, vestuario específico: monos, guantes y pantallas faciales etc.», aseguran agentes consultados por este rotativo.

NO QUERER SOPLAR, DELITO

El Código Penal no contempla, sin embargo, las dudas que plantea el actual sistema de tests de alcoholemia en la era del coronavirus y es que, según la legislación vigente, si un conductor se negara a someterse a las pruebas de alcoholemia y drogas, se le imputaría un delito directamente (artículo 383), castigado con penas de seis meses al año de prisión y retirada del carnet de uno a cuatro años. Hasta ahora esa negativa respondía habitualmente a una posible embriaguez, pero ahora podría ser también por escepticismo.