Portugal ha pasado de ser considerado un ejemplo internacional en la gestión de la pandemia del coronavirus a ser actualmente el segundo país europeo con peor ratio de contagios por 100.000 habitantes, solo superado por Suecia, uno de los pocos países europeos que no impuso el confinamiento. Un dato que ha hecho saltar todas las alarmas en las autoridades del país en el inicio de la época estival y había exhibido su buen balance para acoger la final de la Champions el próximo 23 de agosto.

Preocupa especialmente la situación de la periferia capitalina, donde desde hace un mes se concentran al menos dos tercios de los nuevos contagios diarios. Los brotes se concentran en Lisboa y otros cuatro municipios de su periferia: Sintra, Odivelas, Amadora y Loures, donde se han incrementado sobre todo desde el inicio del desconfinamiento el pasado 4 de mayo.

Restricciones y más policía

En esa región se aplican desde este martes nuevas medidas restrictivas. Salvo restaurantes, todos los comercios cierran a las 20.00 horas y están prohibidas las reuniones de más de 10 personas. La vigilancia policial se ha intensificado para impedir concentraciones masivas, como las fiestas del pasado fin de semana en la playa de Carcavelos, a pocos kilómetros de Lisboa, donde se juntaron cerca de 1.000 jóvenes.

Su balance de 1.540 fallecidos y casi 40.000 contagiados fue un importante elemento a favor para hacerse con la final a ocho de la Champions el próximo mes de agosto en Lisboa, un evento considerado estratégico por las autoridades.

En las últimas semanas, el Gobierno del socialista António Costa ha atribuido el aumento de casos a la realización de más test. Un argumento que creó polémica después de que la semana pasada se conociera que 17 países, entre ellos España, limitan o prohíben la entrada de portugueses por las cifras lusas.

"Esta afirmación de que hay mas casos positivos porque se testa más creo que esta un poco descontextualizada y no es socialmente adecuada porque promueve una falsa sensación de seguridad", defiende a Efe el presidente del Colegio de Médicos de Portugal, Miguel Guimarães. "Es verdad que estamos testando mucho, pero estamos testando porque tenemos casos", apunta

Los números de Lisboa han causado incomodidad en algunas localidades del resto del país, que critican una aparente lentitud para tomar medidas. Oporto, la segunda ciudad del país, ha cancelado los festejos de San Juan, algo que no sucedió ni siquiera durante la gripe española a principios del siglo pasado, y por precaución Viana do Castelo, en el norte, ha prohibido el paso de la Volta a Portugal, que arranca a finales de julio.