La pandemia de coronavirus está poniendo a prueba a todos y cada uno de los sectores económicos del país, pero son, sin duda, los autónomos, por sus especiales circunstancias, los que se acercan más al filo de la navaja en esta complicada situación de confinamiento que, de momento, se alargará hasta el 9 de mayo por el real decreto de estado de alarma. Muchísimos trabajadores por cuenta propia ya han decidido en el último mes cerrar el negocio hasta la llegada de tiempos mejores. Miguel Sánchez no está en ese grupo. Él, como un altísimo porcentaje de autónomos que se dedican a la distribución y venta de prensa escrita, un «bien esencial» como se especifica en el real decreto 463/2020, se mantiene firme a pesar de las complicaciones.

«Podría cerrar el quiosco si quisiera, ya que puedo demostrar que la facturación de mi negocio ha bajado más de un 75%, pero prefiero mantener abierto y dar servicio a la clientela de toda la vida. En estos momentos somos un servicio público a disposición de los ciudadanos», apunta Miguel, que regenta su establecimiento en la calle Constitución Española de Almassora. Él ha notado especialmente la crisis con la suspensión de los sorteos de Loterías y Apuestas del Estado, del que también es distribuidor. «Los periódicos, especialmente Mediterráneo, las revistas o los pasatiempos o publicaciones para niños son los productos que se sostienen», recalca.

El Kiosco Sánchez no se ha visto en una situación tan complicada durante sus 40 años de historia. Se trata de un negocio familiar por el que han pasado miles y miles de almassorins en estas últimas cuatro décadas. Miguel, como la gran mayoría de colegas del gremio, ya solo levanta la persiana por la mañana. «Pasar horas y horas por la tarde sin que nadie no compensa», explica.

En lo que respecta a los temores por seguir al pie del cañón en plena pandemia, Miguel tiene claro que u principal preocupación no pasa por un posible contagio por covid-19, para lo que toma las oportunas medidas de seguridad tanto para él como para sus clientes, sino por la incógnita de lo que deparará el futuro «en el tema económico».

DESESCALADA DIFÍCIL

«Intentar volver a reflotar los negocios al nivel de antes de esta crisis del coronavirus será lo más complicado para todos, lo más duro. Soy consciente de que la normalidad no se recuperará de la noche a la mañana, sino que será algo progresivo, poco a poco, con medidas preventivas que permitan una desescalada del estado de alarma con garantías», explica este quiosquero que antepone su misión de facilitar el acceso de los ciudadanos a la información.