El SARS-CoV-2, el virus responsable de la pandemia de covid-19, surgió de un animal, probablemente de un murciélago. Cosas de la vida que acabara mutando, saltando entre especies y finalmente infectando a los humanos. Ahora que las personas somos los principales transmisores de esta infección, queda saber si los animales también pueden ser "víctimas colaterales" de esta infección. La respuesta es que, por lo que sabemos hasta ahora, sí puede ocurrir, aunque estos casos resultan ahora una rareza. Investigadores de CReSA del IRTA han detectado el primer caso de un gato infectado por este nuevo coronavirus en España. Se trata, además, del sexto caso diagnosticado en todo el mundo.

El animal, de cuatro años de edad y de nombre 'Negrito', provenía de un hogar en el que diferentes miembros de la familia habían sido diagnosticados con covid-19. El día 21 de abril, la mascota fue trasladada a un hospital veterinario con dificultades respiratorias, fiebre a 38,2 °C, una insuficiencia cardíaca y un nivel de plaquetas en sangre muy bajo. Dada la gravedad de su situación, se le practicó una eutanasia humanitaria. Dos días después, el cuerpo del gato fue derivado a los laboratorios del CReSA, donde se le practicó una necropsia. El examen desveló que los síntomas que presentaba el animal se debían a una cardiomiopatía hipertrófica felina, una enfermedad de origen genético que desencadenó una inflamación pulmonar y, finalmente, un fallo cardiorespiratorio agudo. Con esto quedaría explicado el fatal desenlace del gato.

Pero, dado que el animal provenía de un entorno en el que habían varios pacientes covid-19, los investigadores de CReSA-IRTA optaron por realizarle una prueba diagnóstica de esta enfermedad actualmente reconvertida en pandemia. El examen, realizado en un laboratorio de alta bioseguridad, detectó material genético del virus SARS-CoV-2 en muestras obtenidas de la nariz y del intestino del animal, aunque con una carga viral muy baja. En este sentido, también se descartó que las lesiones que se detectaron en el felino sean compatibles con la infección por el nuevo coronavirus. De no haber sido por la sospecha de los investigadores, jamás se habría realizado esta prueba diagnóstica. De ahí que, según recalcan desde el instituto, este hallazgo fue pura casualidad.

Una investigadora analiza una muestras de coronavirus en los laboratorios de alto nivel de bioseguridad del IRTA-CReSA. / IRTA (CC BY-NC 4.0)

"Víctimas colaterales"

No es la primera vez que se detecta a un animal con covid-19. En Bélgica, Francia, Estados Unidos y China se han encontrado otros casos de gatos también infectados. En Hong-Kong, de dos perros. Algunos estudios también han señalado diagnósticos también en tigres, hurones, cerdos, gallinas, patos. Así que, por ahora, todo apunta a que si estos animales se exponen al virus son susceptibles de contraer a la enfermedad. Pero nada sugiere que estos puedan volver a infectar a un humano, dado que en la mayoría de casos se les detecta una carga viral relativamente baja. Tampoco hay constancia de si un animal infectado puede, a su vez, contagiar a otro de su especie. "Tenemos que pensar en estos animales como 'víctimas colaterales' de esta infección, no como potenciales responsables. La capacidad de una mascota de transmitir coronavirus es francamente negligible", destaca Joaquim Segalés, investigador del IRTA-CReSA y profesor de veterinaria en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), uno de los expertos encargados del análisis de este animal.

"Lo más destacable de este tipo de casos es que aportan más información sobre el virus", explica el investigador. El hallazgo de otros animales no humanos que han contraído la infección muestra que, por ejemplo, el patógeno es capaz de infectar a diferentes especies, aunque pueda mostrarse con sintomatología diferente en cada una de estas. "Ahora mismo son pocos los estudios sobre la susceptibilidad de diferentes especies animales al nuevo coronavirus y sobre la dinámica de la infección en especies animales susceptibles", comenta Natàlia Majó, directora del CReSA y profesora de la UAB, en un comunicado emitido por el centro sobre la cuestión. Sea como sea, por ahora todo sugiere que la vía de transmisión predominante de la covid-19 es de humano a humano y que, en todo caso, es improbable que los animales infectados puedan transmitir la enfermedad a una persona.

Ante el miedo a una avalancha de abandonos de mascotas por puro miedo, las autoridades sanitarias también se han pronunciado sobre esta cuestión apelando a la cautela. La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja que las personas enfermas de covid-19 limitar el contacto con sus mascotas de la misma manera que lo harían con cualquier otro ser humano. Es decir, respetando las normas higiénicas y limitando el contacto en la medida de lo posible. "Esto incluye lavarse las manos después de tocar a los animales, su comida o sus objetos, así como evitar besos, lametazos o compartir alimentos", destacan desde la institución.