Tal y como ocurre con la educación, la agricultura también debe contar con un protocolo que marque las normas de seguridad en la nueva temporada citrícola. Ayer se celebró un encuentro del consejo interterritorial para abordar esta cuestión, aunque desde fuentes de la Conselleria indicaron que fue una reunión de seguimiento, a la espera de una nueva convocatoria, a celebrar la semana próxima. Fuentes del sector indican que ya están dando pasos para tratar de compatibilizar la actividad de todos los años con la seguridad de los trabajadores, pero que existe «incertidumbre» sobre cuáles pueden ser los flecos finales.

Desde Cocalni, Pascual Beltrán mencionó que, a falta de unas pocas semanas para el arranque de la temporada, «seguimos sin tener nada específico, aunque ya hemos empezado a realizar inversiones», entre las que están la colocación de mamparas de metacrilato. Se recomiendan los grupos burbuja, en el campo y los almacenes, ya que en el caso de contagio se reduce el riesgo de propagación.

Entre los flecos a cerrar está el saber si se autorizan las furgonetas de nueve personas para el transporte de collidors. Algo que dio problemas al final de la anterior temporada. Otro frente abierto es el de los turnos de descanso. Beltrán indicó a Mediterráneo que barajan la ampliación de las zonas comunes, como los comedores de personal, incluso con el alquiler de carpas. En otras cooperativas se trabaja en la entrada y salida escalonada de los empleados. El departamento autonómico indica que las bases principales de las actuaciones a desarrollar ya están en las recomendaciones elaboradas por el Ministerio de Sanidad, con fecha del 3 de agosto. En cuanto a la normativa específica valenciana, uno de los aspectos que se encuentra más adelantado tiene que ver con la situación de los temporeros, y la creación de una red de soluciones habitacionales para aislar a personas que den positivo en coronavirus, o deban pasar por una cuarentena.

Es un aspecto que preocupa, tras lo ocurrido en puntos como Aragón o la zona de Lleida, aunque en el caso de la citricultura castellonense su impacto es menor, puesto que la gran mayoría de collidors y de personal de almacén tienen vivienda estable en la provincia, y no constan situaciones de hacinamiento como las denunciadas en otras zonas.

PCR / Uno de los asuntos sobre los que existe mayor confusión es el referido a la realización de pruebas PCR entre aquellos que se incorporen al trabajo en las próximas fechas. Organizaciones como La Unió defienden que se habiliten estos sistemas de detección a la hora de contratar. Mientras, la postura de la Conselleria es que las pruebas se hagan entre los trabajadores, una vez se hayan formalizado las altas en la empresa. Tampoco hay certezas a la hora de decidir quién asume el coste.