El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, se mostró ayer «dolido» por la falta de transparencia del Gobierno a la hora de establecer los parámetros para pasar de fase, pero dijo no querer «ningún tipo de enfrentamiento en una situación que es muy compleja».

Tras el no del Ministerio de Sanidad al pase conjunto de la Comunitat a la fase 1, Puig sigue confiando en que ese avance se produzca la próxima semana. Cree que todos los departamentos de salud valencianos ya cumplían la semana pasada todos los criterios establecidos por el Ejecutivo de Pedro Sánchez e insiste en que los epidemiólogos valencianos hicieron «un informe riguroso» que avalaba ese paso. Así lo dijo el jefe del Consell en entrevistas ofrecidas a emisoras de radio, en las que repitió que «la gobernanza debe ser cooperativa».

«Si se pasa de fase, se pasa, y, si no, no pasa nada porque lo más importante es la salud de los ciudadanos. Lo que no podemos hacer es volver a protagonizar una confusión que no ayuda para nada en esta pandemia», apuntó el president de la Generalitat, quien reivindicó que las cuestiones «se parametricen» y se trasladen por escrito en un futuro.

«Lo único que pido es que el Gobierno de España diga claramente cuáles son los indicadores para pasar de fase, pero en esta y en todas las siguientes», mantuvo Puig, quien comprende que la situación es «muy cambiante y muy difícil de manejar».

UNIDAD DE ACCIÓN

En la misma línea, aseguró que siempre ha defendido «la unidad de acción frente a la pandemia» y que el Ministerio de Sanidad sea el que lidere este asunto, pero también cree que debe haber «equidad, transparencia y sobre todo, que los ciudadanos puedan entender por qué se pasa de una fase a otra y en qué condiciones».

Puig reiteró que «no se trata de confrontar, sino de defender una posición que tiene que ver con la racionalidad, con la ciencia», apuntó el líder autonómico, quien reconoció que «nadie tiene un recetario» y, por ello, cree que «cuanta menos discrecionalidad haya, mejor».

NO ES UNA CARRERA ALOCADA

El president apuntó que en esta autonomía no están «locos» y si las autoridades sanitarias, los epidemiólogos y los científicos valencianos le hubieran dicho que la Comunitat no está en condiciones de estar en la fase 1, «pues no pasa nada porque esto no es una carrera alocada».

En sus intervenciones Puig aseguró que no quiere «sobredimensionar» esta cuestión, sino «saber a qué atenernos en esta transición compleja». El president espera que sus críticas no se entiendan como una falta de lealtad al Gobierno o al país, «pues no lo son», dice; pero señala que su lealtad y responsabilidad fundamental «es ser presidente de todos los valencianos». «Seguro que las decisiones sobre el paso de fase-se han tomado de manera honesta pero no las comparto y quiero que se expliquen», dijo.

EL CASO DEL PAÍS VASCO

Cuando las autonomías comienzan a hacer públicos los informes remitidos al Ministerio para solicitar el cambio de fase, la comparativa entre el País Vasco y la Comunitat resulta llamativa. Y es que siendo, según el Gobierno, el número de casos sospechosos de coronavirus el principal motivo para otorgar una negativa a la Comunitat, destaca el hecho de que el País Vasco --con una población muy inferior-- contara con casi el doble de pacientes bajo sospecha (5.499 frente a los 2.969 de las tres provincias valencianas) y sí recibiera la luz verde.

Por otra parte, la síndica del PP en Les Corts, Isabel Bonig, pidió ayer la comparecencia urgente del president Puig para dar explicaciones sobre que la Comunitat no haya pasado en su conjunto a la fase 1 porque, a su juicio, «alguien miente». Para Bonig, Puig «es el responsable de no haber hecho más pruebas», pues «sabía que este era un criterio para pasar de fase» y por ello, afirma, «tiene que dar explicaciones».

Desde Ciudadanos, Toni Cantó lamenta que los valencianos paguen «la falta de coordinación entre los gobiernos central y autonómico». Más duros con el Consell han sido desde VOX. «Nos gobiernan incompetentes y patanes», sostiene Ana Vega.