Repsol perdió 487 millones de euros entre enero y marzo, frente a los 608 millones que ganó en el primer trimestre de 2019, debido a la depreciación de sus inventarios en 790 millones por el descenso de los precios del crudo y del gas, así como por el desplome de la demanda provocado por la covid-19.

El resultado neto ajustado CCS (descontada la variación en el valor de las existencias y extraordinarios) se situó en 447 millones, el 27,7 % menos, según las cuentas remitidas por la petrolera a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), en las que, por primera vez, divide sus áreas de negocio en Exploración y Producción, Industrial y Comercial, y Renovables.

Según Repsol, los resultados reflejan también que ante la crisis del coronavirus, ha priorizado su papel de suministrador de servicios básicos por encima de la rentabilidad y ha mantenido operativas todas sus instalaciones, incluidas unas 3.400 estaciones de servicio en España), siete complejos industriales (cinco en España, uno en Portugal y otro en Perú) y una docena de fábricas de GLP.

En el primer trimestre, la petrolera ingresó 10.475 millones de euros, el 13 % menos, y generó un resultado bruto de explotación (ebitda) de 349 millones, inferior en el 80,7 % al de un año antes; en tanto que sus inversiones aumentaron el 6 %, hasta 634 millones.

RESULTADOS POR NEGOCIOS

En Exploración y Producción, el resultado neto ajustado bajó el 72 %, hasta 90 millones, por los menores precios de realización de crudo y gas, el coste de la adquisición del 63 % adicional en Eagle Ford (Estados Unidos) y una valoración negativa de los inventarios -el precio del barril de Brent bajó el 20,6 % y el gas Henry Hub, el 35,5 %-.

En Industrial, el resultado neto ajustado aumentó el 6 % y sumó 288 millones por el mejor comportamiento de Repsol Perú y del área de Comercialización y Trading de Gas y pese a la caída de la aportación de la actividad de refino.

El negocio de Comercial y Renovables aportó un resultado neto ajustado de 121 millones, el 12 % menos, por la caída de las ventas en las estaciones de servicio a partir de mediados de marzo, cuando se decretó el estado de alarma, y a la caída del negocio de GLP por los menores márgenes en operaciones sujetas a precio regulado y los menores volúmenes de ventas debido a un invierno más suave en España.

Al cierre del trimestre, la deuda neta del grupo era de 4.478 millones, 258 más que a 31 de diciembre de 2019, debido, principalmente, a la adquisición de 17,6 millones de acciones propias durante el trimestre.