La complicada situación que atraviesan las residencias de mayores, donde el coronavirus se ha cebado con los más mayores de un modo cruel, ha dejado al descubierto ciertas carencias en el sistema. Por ejemplo, dada la virulencia de la enfermedad, la Consellleria de Sanidad ha tenido que intervenir y controlar ocho centros de la provincia. Sabedores de la necesidad de disponer de personal sanitario de manera urgente, en los últimos días, residencias de Castelló, Benicàssim, Benicarló, Cabanes, Nules, Moncofa o Montán, alguna de ellas intervenida, han lanzado ofertas de trabajo para buscar de manera urgente enfermeras.

Y es que, al problema de la dificultad de disponer de estas profesionales, que prefieren trabajar en la sanidad pública por las mejores condiciones laborales y salariales, se une también el hecho de que hay que preveer las vacaciones del personal. Como informó Mediterráneo, durante el pico de la pandemia se registró una fuga de enfermeras a los hospitales de la provincia.

Las residencias de mayores siempre han podido cubrir las sustituciones de verano con profesionales recién tituladas, pero este año, en el que las necesidades son aún mayores, lo tendrán arduo complicado, teniendo en cuenta que la Conselleria prevé la contratación de 600 enfermeras, cuando terminen los estudios a mitad de junio, para realizar las tareas de rastreo de contactos en enfermos positivos tratados en los centros de salud. Ayer mismo la consellera de Sanidad, Ana Barceló, indicó que están a la espera de que concluyan la universidad para que se puedan ir incorporando.

Convenio

Además, se añade el hecho de que el Consejo de Enfermería de la Comunitat haya rechazado de manera frontal el nuevo convenio laboral en las residencias privadas.

Sin duda, esto genera gran preocupación entre el sector residencial por la falta de profesionales cualificados. En este sentido, la portavoz en asuntos sociosanitarios de CCOO en Castellón, Encarna Barragán, remarca que es urgente «dignificar la profesión y mejorar las condiciones a todos los niveles para evitar que se marchen a la sanidad pública», lo que genera verdaderos problemas asistenciales en estos centros que ahora están en máxima alerta por la pandemia.

De igual modo, esta circunstancia ha vuelto a poner encima de la mesa la necesidad de replantear el actual modelo de atención a los mayores, especialmente, personas dependientes, dado que son empresas privadas las que gestionan este servicio público. Actualmente, en la provincia de Castellón hay cerca de 40 residencias y solo dos de ellas, una en Castelló y otra en Burriana, son de gestión y titularidad pública, es decir, dependen de la Conselleria de Mónica Oltra.

Un centenar de muertos

Los datos que arroja la pandemia no dejan lugar a dudas de los estragos causados en estos centros. De los 212 fallecidos por coronavirus en la provincia de Castellón, cerca de la mitad de ellos son usuarios, muchos de los cuales murieron en las residencias y no en los hospitales. Afortunadamente, por segundo día consecutivo, en el último balance diario, no hay ningún residente fallecido en la Comunitat, lo que permite tener ciertas esperanzas de que los brotes existentes empiezan a estar controlados. De todos modos, la desescalada en estos centros todavía no ha empezado.