Diez policías nacionales y un miembro de la Policía Científica, en presencia de la jueza de guardia y de la secretaria judicial, obligaron este martes --empleando la fuerza mínima-- a que uno de los detenidos en Castelló por saltarse la cuarentena diera sus huellas para poder identificarlo. Sucedió en los calabozos de la Ciudad de la Justicia de la capital, según han confirmado a Mediterráneo fuentes judiciales.

El arrestado, que fue interceptado por los agentes cuando iba el domingo por la noche en compañía de dos chicas y un perro por la plaza María Agustina, se resistió y rehusó en todo momento proporcionar su nombre a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad. Sí lo hicieron, ya en comisaría, sus acompañantes, que quedaron en libertad con cargos en la madrugada del lunes. Sin embargo, él se negó a colaborar. Pidió incluso el habeas corpus (una posibilidad que tienen los detenidos de pasar inmediatamente a disposición de un juez para que este decida si la suya ha sido una detención justificada o no).

Este lunes el juzgado de guardia le denegó ese habeas corpus y respaldó la función policial. El martes, el detenido volvió a los juzgados, donde continuó sin querer identificarse, por lo que la jueza de Instrucción 3 se vio obligada a llamar a una decena de agentes y un miembro de la Científica para que le tomaran las huellas (sin su colaboración) y poder, finalmente, hacerle la reseña pertinente.

El arrestado quedó en libertad con cargos, pero está investigado en una causa abierta por un delito de desobediencia y otro de resistencia.