La cifra oficial de infectados en Rusia apenas ha alcanzado los 63 y ni siquiera llega al centenar, pero el Gobierno de Vladímir Putin vuelva a adoptar medidas drásticas para frenar la expansión del virus. Este fin de semana, Moscú ha anunciado el cierre de la frontera terrestre con Noruega y Polonia para los ciudadanos extranjeros. Este lunes, ha añadido a la lista la demarcación con Bielorrusia. Además, ha recomendado a los escolares y universitarios a partir de este lunes no acudir a clase y seguir las lecciones a distancia a través de las nuevas tecnologías.

Al margen de quienes detenten un pasaporte ruso, los únicos que podrán cruzar los lindes fronterizos con ambos países serán los miembros de las delegaciones oficiales y los ciudadanos de Bielorrusia, una república exsoviética con la que la Federación Rusa ha establecido una unión aduanera. La medida comenzará a aplicarse a partir de este lunes. La extensa demarcación fronteriza que Rusia comparte con China, de más de 4.200 kilómetros de longitud, permanece cerrada desde el inicio de la crisis sanitaria por el coronavirus, que se originó en el gigante asiático.

Cancelaciones de vuelos

Después de que numerosas compañías privadas cancelaran sus vuelos a Europa, ha sido ahora Aeroflot, la aerolínea rusa de bandera, la que ha anunciado oleadas de cancelaciones. Los aviones con destino a lugares como Zurich. Barcelona, Praga, Munich, Frankfurt o Chisinau, entre otras ciudades, dejarán de volar en las próximas horas. Tampoco partirán los trenes con destino a Letonia, Ucrania y Moldavia. Estos dos últimos países, por su parte, se han unido al cierre de fronteras terrestres, clausurándolas en el primer caso hasta el próximo 3 de abril. El Gobierno de Georgia también ha cerrado su frontera con la Federación Rusa y solo permitirá el paso a los ciudadanos de ambos países que regresen a sus hogares.