Nada más comenzar el debate, justo después de repasar los pasos del Gobierno frente a la pandemia del coronavirus, con sus duras medidas de aislamiento social que han bajado los contagios y muertes, Pedro Sánchez ha dicho: "Nadie tiene derecho a derrochar lo que hemos conseguido entre todos en estas largas semanas de confinamiento". Para el presidente, no prorrogar al menos 15 días el estado de alarma, una iniciativa que este miércoles se somete a la votación del Congreso, supondría echar por tierra los avances logrados. También acabar con el mando único del Ministerio de Sanidad, algo que reclama ERC como condición para abstenerse y no votar en contra. Pero esas mismas medidas, que serán aprobadas gracias al pacto con Cs y el apoyo del PNV, tienen efectos políticos: están agrietando la mayoría de izquierdas que permitió la reciente investidura.

De ERC a Compromís, pasando por Más País, todos los que participaron en la reelección de Sánchez han acusado a la coalición del PSOE y Unidas Podemos de buscar un cambio de cromos. Todos salvo, el PNV, que ha anunciado que volverá a votar a favor, como ha venido haciendo hasta ahora. Con el apoyo de los nacionalistas vascos y de los naranjas, el Gobierno ya tiene asegurada la prórroga, pese a que el PP, Vox, JxCat y probablemente ERC votarán en contra.

Según el líder socialista, la capacidad de cada autonomía para decidir sobre el desconfinamiento sin necesitar el visto bueno del Gobierno central, como reclama el partido de Oriol Junqueras, traería una situación caótica, en la que sería imposible garantizar que no hubiese desplazamientos entre territorios. La desescalada, ha explicado, no está siendo igual en todas las comunidades (hay zonas del país en fase 1 y otras, caso de Madrid y Barcelona, en fase 0), pero todas las administraciones están trabajando de forma "unida".

"Asimetría no significa desunión. Saldremos a distintas velocidades, pero saldremos unidos. No hay salida en el desorden", ha dicho Sánchez, que ha optado aquí por un enfoque distinto al de Italia, por ejemplo, que en contra del criterio científico ha traspasado la responsabilidad a sus regiones, que ya pueden decidir sobre las medidas de desescalada. Las comunidades, ha continuado, "recuperarán la capacidad de decisión", pero no por el momento. "El estado de alarma ha funcionado. El plan de desescalada está funcionando. Ha beneficiado al conjunto de comunidades autónomas", ha insisitido Sánchez, agradeciendo a los grupos que han apoyado hasta ahora las prórrogas solicitadas por el Ejecutivo. "Con su voto han salvado miles y miles de vidas de compatriotas", ha dicho.

El acuerdo con Cs ha evidenciado la debilidad del Ejecutivo, que cada vez se enfrenta a más dificultades para sacar adelante las prórrogas. Sánchez quería llevar la alarma hasta el 27 de junio, y así se debatió en el Consejo de Ministros, pero los naranjas le forzaron a reducir el plazo a 15 días, hasta el 7 de junio. Al mismo tiempo, este entendimiento con los liberales ha provocado un nuevo seísmo interno en la formación que lidera Inés Arrimadas (el diputado Marcos de Quinto anunció el martes que abandonaba el partido) y el malestar de ERC, que teme que el presidente empiece a mirar más a su derecha, dejando en un segundo plano la mayoría con la que obtuvo la investidura. Otros partidos de izquierda tienen la misma impresión.

Ataques de la derecha

En cualquier caso, el PP, que apoyó las tres primeras prórrogas y se abstuvo en la cuarta, votará esta vez en contra. Pablo Casado ha elevado todavía más su crítica al Ejecutivo. "Viene a pedir una nueva prórroga del estado de alarma (...). Pretende que elijamos entre usted y el caos, pero es imposible, porque usted es el caos. Es incapaz de proteger a los españoles más allá de con esta brutal reclusión", ha señalado el líder del PP. A su juicio, Sánchez "ha convertido el estado de alarma en una subasta con los separatistas y proetarras".

El líder de Vox, Santiago Abascal, ha corregido y aumentado el tono de Casado. En concreto, ha acusado al Gobierno de ser culpable de "miles de muertes", de estar en manos de separatistas y de aplicar destruir la economía aplicando el "matonismo y el chantaje". En concreto ha acusado al vicepresidente Pablo Iglesias de no gustarle "los viejos". Y finalmente ha acabado llamando a una manifestación de vehículos para exigir la dimisión del Gobierno por una gestión que ha calificado de "criminal".

La advertencia de ERC

Por su parte, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, en un duro discurso, ha advertido al Gobierno de que el pacto con Ciudadanos para aprobar la prórroga de la alarma pone en riesgo la estabilidad del Ejecutivo. "Hemos fracasado; estamos hoy aquí literalmente llevándonos por delante quizá de forma irremediable el espíritu de la investidura, un espíritu que despertó muchísima ilusión en mucha gente, que era palanca para el progresismo y que también era dique de contención para el fascismo", ha dicho. La tesis ha sido compartida por otros partidos que participaron en la reelección de Sánchez, como Íñigo Errejón, pese a que votará a favor, y Joan Baldoví, de Compromís, que votará en contra. "Vemos cómo desaparece el bloque de la investidura. Y lo van a necesitar. Con el cambio de cromos no van a ir muy lejos si se trata de aprobar medidas de justicia social", ha argumentado el líder de Más País.

Rufián ha recordado las condiciones que puso su partido para apoyar la nueva prórroga ("cogestión, ayudas sociales, municipalismo, blindaje de libertades y diálogo" sobre el conflicto catalán) y ha advertido a Podemos que el PSOE puede pactar con Ciudadanos en otras cuestiones sociales. Y finalmente, en clave progresista, ha advertido: "Si no nos podemos poner de acuerdo ante una pandemia mundial, cómo lo haremos frente a unos presupuestos, mesa de negociación, recuperación de derechos sociales y laborales perdidos".

JxCat no ha entrado tanto en los aspectos sociales, pero, como ERC, ha acusado al Gobierno de recentralizar sin disimulo. "Se les han ido cayendo todas las máscaras durante esta pandemia. Ni es el Gobierno más progresista de la historia, ni España es el país más descentralizado", ha dicho la portavoz de los posconvergentes, Laura Borràs. "Les volveremos a decir que no porque usted ha dicho que no a todas nuestras propuestas, que se pueden reducir ahora a un único punto: devolución de las competencias", ha concluido.

El principal protagonista de la sesión ha sido Cs. La derecha ha acusado a los naranjas de actuar como una mera muleta del Gobierno; la izquierda, de buscar que la coalición del PSOE y Podemos se derechice. A unos y otros, el portavoz de los liberales, Edmundo Bal, les ha dicho: "Hoy votamos nada más y nada menos que la prórroga de 15 días del estado de alarma".