Las organizaciones empresariales relacionadas con el clúster cerámico de Castellón vuelven a insistir a la Conselleria de Sanidad para que amplíe los supuestos en los que pueden hacerse pruebas de detección de coronavirus. La Asociación Nacional de Fabricantes de Fritas, Esmaltes y Colores Cerámicos (Anffecc) ve necesario que este departamento «cambie su criterio y posibilite a los médicos de empresa, médicos higienistas y a los servicios de prevención decidir a qué trabajadores hay que realizar las pruebas, con el fin de poder salvaguardar la salud y el bienestar de nuestros trabajadores».

Para encargar pruebas de covid-19, tanto tests rápidos como los más precisos análisis PCR, es necesaria la firma de un facultativo, pero la norma establece que solo pueden hacerse en el caso de que el empleado presente síntomas. Una postura que difiere del procedimiento del Ministerio, que también contempla los supuestos de contacto estrecho con caso posible, probable o confirmado. Fuentes de la Conselleria mencionaron ayer que esta divergencia se debe «a la posibilidad de que una persona sin síntomas pueda dar un falso positivo o negativo». Respecto a la queja de las patronales azulejeras, que afirman que en otras comunidades hay protocolos diferentes, se limitaron a reiterar la norma valenciana, sin querer comparaciones con otros territorios.

Para Anfecc, el criterio autonómico «dificulta enormemente el control de las personas que hayan estado en situación de riesgo» y genera «incomodidad» entre unos empleados «que quieren sentirse seguros en sus puestos de trabajo, más ahora que han empezado a relajarse las medidas de confinamiento». La pasada semana, la asociación de fabricantes Ascer ya se manifestó en una postura similar, así como representantes sindicales.

DINERO DE EUROPA / Por otro lado, el presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu, reclamó de nuevo la necesidad de la llegada de mecanismos de liquidez europeos para sobrevivir a la crisis, aún a costa de la vuelta de los hombres de negro. «La única opción que tiene España es mirar a largo plazo y valorar que el precio de pasar por la supervisión europea puede ser la alternativa si con ello no sólo se salva el tejido empresarial español y millones de empleos, sino que se sientan las bases para realizar los cambios estructurales necesarios que nos permitan contar con una economía más sólida y estable», expresó. También recordó que en Alemania, Estados Unidos o Francia la inyección de capital para las empresas» ha sido directa, sin contraparte y mucho más abundante».