Era una decisión augurada por muchos en la ciudad, aunque se apuraban los plazos para evitar el perjuicio económico millonario. Sin embargo, la realidad se ha acabado imponiendo y el Ayuntamiento de Sevilla, el Arzobispado y las Hermandades y Cofradías acordaron este sábado la suspensión oficial de las procesiones de Semana Santa. Una medida que justifican ante la posibilidad de que la paralización de la actividad se prolongue más allá de dos semanas y la dificultad evidente de recuperar la normalidad a tiempo para los primeros días de abril.

Se trata de una decisión histórica, ya que la última vez que se suspendieron formalmente todos los desfiles procesionales fue en 1933. La decisión es tajante: no habrá pasos en las calles, pero se pide también que se eviten las concentraciones en los templos, como ocurre cuando una hermandad decide no salir a causa de la lluvia y realizan estación de penitencia en el interior de su iglesia.

“Consideramos que hay motivos de salud pública suficientemente justificados para suspender los desfiles procesionales en la vía pública de las hermandades y cofradías de Sevilla en la Semana Santa 2020 y que además es nuestra obligación y la de todos los ciudadanos cooperar en la consecución de los objetivos que se plantea nuestro país en esta cuestión en la actual coyuntura”, explicaron en un comunicado oficial.

Ayuntamiento y Hermandades se ampara en la evolución del virus en esta semana y el anuncio el Gobierno de España de decretar el estado de alarma, “que han llevado a la toma de medidas drásticas para concienciar a la población sobre la importancia de limitar al máximo los desplazamientos de personas en el territorio, así como recomendar que las personas permanezcan en sus domicilios el mayor tiempo posible”. Así, insisten en que “la práctica paralización de la actividad las próximas dos semanas, la posibilidad de tener que prorrogar esta situación por más tiempo, así como la evidencia de que volver a recuperar la normalidad deberá llevar su tiempo y por tanto la presunción razonable de que las medidas sanitarias de prevención que se están adoptando tendrán vigencia por un periodo de tiempo más amplio, han llevado a las tres instituciones a requerimiento del Alcalde de la Ciudad a tomar una decisión para acabar con la incertidumbre sobre la viabilidad de celebrar los desfiles procesionales de la Semana Santa 2020”.

Aunque temida, la decisión de la suspensión de las procesiones era una opción que iba cobrando fuerza entre las distintas hermandes de la ciudad, que a lo largo de la semana han ido anulando diversas actividades religiosas que suponían la concentración de un gran número de personas. Sin embargo, tanto el alcalde como las hermandades apuraban hasta el último momento para evitar llegar a este punto porque, más allá de la repercusión emocional, estaban las implicaciones económicas. Y es que la Semana Santa de Sevilla es una de las principales inyecciones económicas para la capital hispalense, y supone unos 400 millones de euros, según los datos de los empresarios de la ciudad.