Corea del Sur está reconstruyendo y publicando minuciosamente los itinerarios de ciudadanos contagiados gracias a un sistema que compila gran cantidad de datos personales y que está resultando clave para aplacar al coronavirus en el país.

Park Ji-woo ya ni recuerda cuándo empezó a recibir en su teléfono esos estridentes SMS, los cuales aún le resultan "enervantes" porque en su dispositivo no puede desactivarse la vibración cada vez que los recibe.

Al revisar su historial comprueba que el primero que llegó sobre coronavirus fue el 23 de enero -tres días después de detectarse el primer caso en Corea del Sur- recomendando lavarse las manos, usar mascarilla, toser en el codo y llamar al número designado si se desarrollaban "fiebre o síntomas respiratorios".

Los SMS que siguen se asemejan ya más a una especie de cuaderno de bitácora de la pandemia, y hoy todo residente en Corea del Sur guarda en su móvil uno de estos "diarios" compuestos por una larga hilera de mensajes, cada listado diferente del anterior en función de donde reside, trabaja o qué lugares ha visitado.

Contagiados en su zona

Las alertas nacionales por SMS, que normalmente advierten sobre polución o meteorología, han sido clave para estabilizar el coronavirus en el país (donde nunca ha habido confinamiento y solo se están reportando ya una veintena de nuevos casos diarios), sobre todo desde que se empezó a avisar sobre detección de contagiados en zonas de proximidad.

Park recibió el primer mensaje de este tipo el 27 de febrero: una mujer de 29 años había visitado el distrito de Mapo -en Seúl, donde ella reside- antes de dar positivo y se instaba a revisar la web municipal para conocer más detalles.

"Al consultar la web, se especificaba a qué hora y en qué restaurante había comido, a qué tiendas había entrado e incluso el número del autobús que había tomado", cuenta esta administrativa de 26 años.

A medida que el número de casos en Corea del Sur -que hoy suma más de 10.600 infectados- fue aumentando, Park comenzó a recibir más y más "zumbidos enervantes" en su móvil.

Sonaban todo el día y también le empezaron a llegar alertas de las localidades de Bucheon (donde trabaja) y Gwangmyeon (donde viven sus padres) o del distrito de Yongsan (donde reside su novio), que hasta precisaban si el contagiado llevaba o no mascarilla al tomar un taxi o entrar al banco.

Entre bambalinas, las autoridades surcoreanas estaban ya operando a plena potencia uno de los pilares de su sistema para controlar el coronavirus: la reconstrucción exhaustiva de los trayectos de casos positivos para así detectar potenciales contagiados a los que aislar, testar y tratar (si es necesario) de manera precoz.

Entrevistar a todos

Primero, un funcionario del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades Contagiosas de Corea (KCDC) entrevista a cada infectado para recrear sus últimos pasos y establecer primero con qué personas mantuvo contacto cercano.

Si el contagiado se ha movido en los últimos días, se traza una "ruta de contagio" a partir de su propio relato, los registros de sus tarjetas de crédito y los desplazamientos inventariados por el GPS de su teléfono.

Las administraciones municipales reciben entonces esa ruta, a la que pueden añadirle más información, revisando, por ejemplo, las cámaras de circuito cerrado en las calles (de ahí que se pueda saber en qué momentos el infectado llevaba o no máscarilla).

Usando el sistema de alerta nacional por SMS finalmente se envían esos mensajes zumbantes a todo teléfono -de nuevo se usan datos GPS- que haya estado en la zona por la que se movió esos días el contagiado.

Big data

Desde el 26 de marzo el país ha estrenado además una nueva plataforma digital unificada que opera sobre un sistema existente, un núcleo de datos para "Smart Cities" desarrollado por el Ministerio de Territorio, Infraestructura y Transporte.

"Cuando los casos comenzaron a incrementarse se nos ocurrió que esta herramienta de Big Data, que sirve por ejemplo para medir el consumo energético, podía utilizarse para rastreo", explicó en una rueda de prensa reciente el director de la división de Economía Urbana del Ministerio, Lee Ik-jin.

Por su parte, el responsable de investigación epidemiológica de la unidad que coordina la respuesta estatal para frenar el coronavirus, Park Young-Joon, contó que con el anterior sistema "manual" se tardaba un día en recopilar el rastro de infección de un paciente, algo que la nueva plataforma permite hacer ahora en 10 minutos.

La nueva red conecta entre sí a 26 organismos públicos y privados, incluyendo la Agencia Nacional de Policía, las tres principales compañías telefónicas o las entidades surcoreanas que expiden tarjetas.

Privacidad y transparencia

Con respecto al tema de la privacidad, Lee recordó que el sistema opera bajo la Ley de Prevención y Control de Enfermedades Infecciosas, enmendada en 2015 cuando el país fue golpeado por el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS) para permitir, en caso de epidemia, la recolección de datos de ciudadanos que enferman.

Lee subrayó también que solo unos pocos funcionarios están autorizados para compilar y acceder a los datos mediante el sistema y que tanto el operativo como la propia información serán "liquidados" una vez superada la crisis.

Por su parte, Park agradece la transparencia de las autoridades: "nos explican cómo están tratando de 'mapear' el virus. Tratan de seguirlo a cada paso para ir cortándole las extremidades y evitar que crezca".

"Más que decirnos dónde no debemos ir, estos SMS alertan sobre dónde hemos podido estar. Nos dicen: 'si cree que pudo coincidir con esta persona esté atenta a la aparición de síntomas'", añade con optimismo, ante todo porque su móvil ya apenas zumba estos días.