El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado este domingo que la Administración federal prolonga hasta el 30 de abril las directrices de distanciamiento social que se recomiendan en todo el país para combatir el coronavirus. La decisión llega después de que el propio Trump hubiera lanzado públicamente la idea de empezar a abrir partes de EEUU el día 12, domingo de Pascua, algo que este domingo ha dicho que era solo una aspiración.

Con más de 140.000 casos detectados en EEUU, cerca de 2.500 fallecidos, y mensajes públicos este domingo de los principales expertos del grupo de trabajo de la Casa Blanca de que la pandemia va a acabar afectando a todos los estados y áreas metropolitanas y podría llegar a provocar hasta 200.000 muertos en el país, la realidad y las alertas han acabado imponiéndose. Nada sería peor que declarar la victoria antes de haberla conquistado, eso sería la peor derrota de todas, ha dicho Trump al anunciar la prolongación de las medidas extraordinarias.

Proyecciones

Trump, no obstante, no ha desaprovechado la oportunidad para intentar reconstruir el marco de su decisiones. Hace ahora ya dos semanas que se le presentó un informe con modelos de proyecciones del Imperial College que cifraba en 2,2 millones de muertes el potencial letal de la pandemia en EEUU si no se actuaba. De hecho, ese informe fue una de las razones por las que ya hace 15 días Trump dio su primer giro para reconocer la gravedad de una situación que llevaba tiempo minimizando. Y este domingo el mandatario ha asegurado faltando a la verdad que ha conocido ahora esa cifra de 2,2 millones de posibles muertes.

Dentro de la tragedia del potencial de 100.000 o 200.000 fallecidos al que ha apuntado horas antes en CNN el doctor Anthony Fauci, no es difícil imaginar que Trump podría decir que ha evitado un millón de muertes con sus acciones. De hecho, lo ha hecho ya este domingo. Si podemos contenerlo entre 100.000 y 200.000 (muertos), que es una cifra horrible, habríamos hecho un buen trabajo, ha dicho.