La desescalada ha llegado con la fase 2 desde este lunes a las piscinas de recreo comunitarias de toda la provincia de Castellón que a partir de ahora podrán abrirse siguiendo medidas de limitación de aforo (30 %), distancia entre usuarios (dos metros mínimo y control de pertenencias en un perímetro de seguridad) y medidas higiénicas (limpieza periódica de elementos de uso común como pomos de puertas).

Así en una piscina de 200 metros cuadrados de lámina con un aforo de 100 personas no podrán entrar ahora más de 30 personas, lo que obligará a establecer turnos y horarios para bañarse. «De momento, no podrán bañarse todos a la vez», apuntan los técnicos del Colegio de Administradores de Fincas de Valencia y Castellón.

El confinamiento y el cierre de los centros educativos ha provocado un verano adelantado y son muchas las comunidades de propietarios que quieren poder usar ya las piscinas, algo que en años anteriores no se hacía hasta mediados o finales de junio, cuando acaban las clases escolares.

Los administradores de fincas aseguran que había mucha presión, especialmente, en municipios costeros como Orpesa y Gandía con muchos edificios de apartamentos, pero también en los complejos residenciales de las zonas urbanas, como los de la avenida de Francia y Nou Campanar, en València, para poder usar ya las piscinas.

Piden una normativa específica

Los administradores venían dando una serie de pautas interpretando las normas relativas a la covid-19 aprobadas hasta ahora por el Gobierno y que pasan básicamente por limitar aforos y ampliar distancias y que a partir del 21 de junio podrían decaer cuando se levante el estado del alarma.

Los colegios de administradores de fincas, entre ellos el de Valencia y Castellón, han reclamado al Gobierno una normativa específica para regular la situación de las piscinas comunitarias.

Además están trabajando en mecanismos para aplicar la normativa correspondiente del mejor modo posible, entre ellas la creación de una aplicación para poder garantizar las medidas de higiene y aforo en las piscinas comunitarias, y que su coste sea el mínimo posible para las comunidades de propietarios.

Y es que para algunas comunidades el desembolso que se requiere para adaptar las piscinas no merecerá la pena si en unas semanas, según lo previsto por el Gobierno, se levantará el estado de alarma y en julio la situación se prevé ya normal y se permitirá incluso la llegada de turistas extranjeros.