Verónica Veses Jiménez, Licenciada en Farmacia por la Universitat de València (2001), Diplomada en Sanidad por la Escuela Nacional de Salud (2002), Diplomada en Genética Médica (2016) y Máster en Enfermedades Infecciosas y Tratamiento Antimicrobiano (2019) se incorporó en 2009 a la Universidad Cardenal Herrera, donde desde el pasado mes de junio ocupa el cargo de Decana de la Facultad de Ciencias de la Salud. Una voz más que autorizada para dar una visión general de lo que ha supuesto la pandemia y los retos futuros que plantea el covid-19.

Esta pandemia pasará a los temarios de Historia, ¿también al de las Ciencias de la Salud?

Por supuesto. En los temarios de Microbiología ya estábamos impartiendo epidemias previas como el SARS o el MERS, y desde este curso se incluirá la pandemia por SARS-CoV-2. Durante mucho tiempo los microbiólogos veníamos advirtiendo de la necesidad de mantener la presión en investigación, tanto en infecciones víricas como bacterianas, ya que el hecho de disponer de vacunas y antibióticos crea una falsa sensación de seguridad y los microorganismos siguen en nuestro entorno. La OMS advierte de una posible crisis para 2050 en la que se estima que podrían fallecer más personas en el mundo debido a infecciones sin tratamiento que por otras patologías, como cáncer. Tenemos la obligación de seguir investigando y anticiparnos.

El sector sanitario se ha quejado de la escasez de plazas MIR, con el peligro de que se cree un nicho de desempleo inexistente hasta ahora. ¿Creéis que la pandemia abrirá los ojos a las autoridades competentes y despejará el futuro?

Efectivamente, la pandemia ha servido como revulsivo para cuestionarnos temas pendientes, como el relevo generacional en el sector médico. Las organizaciones colegiales estiman que en los próximos años las jubilaciones doblarán a las incorporaciones. Debemos actuar de manera rápida.

¿Hace falta reforzar y cambiar las políticas sanitarias?

Al hilo de esta situación que hemos vivido, hay que evaluar, de manera profunda, qué cambios son necesarios para dar respuesta a este tipo de emergencias epidemiológicas, sin perder de vista que el resto de patologías siguen presentes y la sociedad europea, española y castellonense se dirige a un invierno demográfico con un aumento de la esperanza de vida y de la edad media de la población.

Hemos asistido a comportamientos irresponsables sobre todo del sector de edad más joven que han provocado rebrotes. ¿Habrá que reforzar ya desde las escuelas una mínima educación sanitaria?

La educación sanitaria debe estar presente en todos los niveles educativos, ya que el control de una pandemia requiere una concienciación y actuación responsable por parte de todos. Debemos avanzar unidos y actuar de manera conjunta para poder frenar el avance del coronavirus, o cualquier otra emergencia sanitaria. Desde la Universidad CEU Cardenal Herrera todos los años realizamos actividades de educación sanitaria en colegios e institutos y este curso ofreceremos charlas informativas sobre prevención del coronavirus.

¿Cómo afectará el desarrollo de la pandemia al próximo curso? ¿Tenéis varios planes preparados dependiendo de la evolución?

Sí. Desde la Fundación Universitaria San Pablo CEU se ha desarrollado un modelo de doble presencialidad, que combina la presencia física y la digital interactiva de los estudiantes. Gracias a la profunda transformación digital del CEU, que incorpora una novedosa tecnología multicámara, los estudiantes conectados desde su casa tienen la visión en directo de sus compañeros y profesor en el aula y la posibilidad de interactuar con ellos. Asimismo, los estudiantes que acudan al campus, lo harán con las máximas condiciones de seguridad. En el CEU hemos implantado unos protocolos extra de seguridad e higiene en cada uno de nuestros espacios, cuya aplicación certifica una empresa auditora externa.

¿Cómo calificas la respuesta de la sanidad española a la pandemia?

La emergencia sanitaria derivada de la pandemia nos ha sorprendido a todos, por su rápida propagación, y también por su virulencia y especial afectación al colectivo de edad avanzada. La respuesta de los profesionales sanitarios ha sido ejemplar, demostrando una capacidad de trabajo y una implicación excepcional. Pasada esta primera fase, se necesita aportar los recursos (tecnológicos, administrativos y personales), sobre todo en atención primaria, que permitan realizar un diagnóstico precoz, evitando el colapso de los hospitales.

Como especialista en el campo de la biomedicina, ¿es optimista sobre la disponibilidad a corto plazo de una vacuna contra el covid-19?

En estos momentos hay 140 candidatos a vacuna en el mundo. Poco más de una veintena están en fases más avanzadas de ensayos clínicos en seres humanos: se ha comprobado seguridad y eficacia en población sana y ahora hay que valorar eficacia en población infectada o expuesta. Posteriormente hay que fabricar los lotes y, por tanto, el primer o el segundo trimestre de 2021 sería el escenario más optimista. En consecuencia, hay que extremar las precauciones y seguir las indicaciones de las autoridades sanitarias. Sería lógico comenzar la vacunación con profesionales sanitarios y población de riesgo e ir ampliando a más segmentos poblacionales según se vayan obteniendo más dosis.

Hasta que llegue una solución de inmunización, ¿sabremos convivir como sociedad con la pandemia o cree que llegará un punto de peligrosa relajación?

Ciertamente nos enfrentamos a un otoño complejo, pero si de algo nos ha servido esta dura etapa que hemos vivido desde marzo es para darnos cuenta de la fuerza de la sociedad cuando remamos en una misma dirección. Debemos mantener las medidas de distanciamiento social y uso de mascarillas mientras las autoridades sanitarias así lo indiquen.