Las mascarillas más alcance de los ciudadanos para hacer frente al coronavirus son las denominadas quirúrgicas. Sin embargo, estas piezas sirven para evitar que el portador de la mascarilla no contagie a los demás, pero no impide que nos contagien a nosotros. Esa función la hacen las denominadas FFP2 o FFP3. Sin embargo, convertir una mascarilla desechable en una apta para evitar el contagio es tan fácil como añadirle un salvaslip.

Como se puede apreciar en el vídeo, basta con pegar esta pieza de celulosa, que se pueden adquirir en cajas de unas 50 con un precio medio en torno a los 2 euros , a la mascarilla quirúrgico con un prcio de coste de entre 30 0 40 céntimos de euros, para hacer tú mascarilla mucho más segura a un precio muy asequible. Además, se puede reutilizar simplemente cambiando el salvaslip.

La falta de mascarillas en el mercado ha hecho que muchos facultativos médicos tiren de imaginación para idear como fabricar mascarillas para vitar la propagación del coronavirus de de una forma asequible para la ciudadanía.