El Ayuntamiento de Vila-real ultima la creación de un banco de mascarillas. El objetivo de la medida es disponer de una importante cantidad que permita hacer frente a posibles necesidades de abastecimiento a sectores de la población que requieran de su uso, en el momento en que de forma paulatina la ciudadanía salga de nuevo a la calle una vez se levante el confinamiento por la crisis sanitaria.

La intención es sumar en torno a 50.000 unidades para, como explica el alcalde, José Benlloch, «en primer lugar, garantizar su uso en colectivos más expuestos al virus como Policía Local, Protección Civil, voluntarios, personal de atención domiciliaria y entidades que trabajan con las personas más necesitadas, como Cruz Roja, Cáritas, Juventud Antoniana o San Vicente de Paúl».

El munícipe se muestra convencido de que el Gobierno central y la Generalitat «asegurarán el abastecimiento de este material, por ejemplo en farmacias, pero el Ayuntamiento tendrá esta reserva para que no falten cara a la vuelta a la normalidad».

Benlloch incide en que Vila-real es una ciudad con un amplio tejido industrial, por lo que las propias empresas están ya suministrando estos sistemas de protección a sus trabajadores en activo o los que se van reincorporando.

Por otra parte, el primer edil propondrá que los 45.000 euros que se invertirán en la compra de 20.000 mascarillas a través de la Diputación se sufraguen en parte con cargo a las asignaciones que perciben los grupos políticos.

Asimismo, desde ayer, un grupo de unos 60 colaboradores han empezado a confeccionar mascarillas higiénicas --15.000-- con las telas lavables adquiridas por la empresa local Dolores Cortés, que ayer comenzó a repartir el personal de Protección Civil.

CAMBIO DE DÍA FESTIVO LOCAL // El concejal de Fiestas de Vila-real, Diego Vila, planteará en la comisión informativa de hoy miércoles a los grupos de la oposición la propuesta para que, ante la suspensión de las celebraciones patronales en honor a Sant Pasqual debido a la crisis sanitaria generada por el coronavirus, el festivo local del lunes 18 de mayo se traslade al mes de septiembre, concretamente al viernes, 11 de septiembre, dentro de la semana en la que están previstos los festejos de la Mare de Déu de Gràcia.

La propuesta, que cuenta con el respaldo de la Junta de Festes y la Comissió de Penyes, se traslada al resto de grupos para que la decisión final cuente con el consenso de toda la corporación. «Como hicimos con la suspensión de las celebraciones de mayo, también queremos que en este caso se apruebe por unanimidad», señala el edil Vila.