El Ayuntamiento de Vila-real mantendrá el autobús gratuito que puso en marcha hace casi un año y medio pese a la drástica reducción en la cifra de usuarios registrada en las últimas semanas como consecuencia de la declaración del estado de alarma en España debido a la crisis sanitaria derivada del coronavirus.

Así lo asegura el alcalde, José Benlloch, quien insiste en que el bus Groguet continuará activo, «porque se trata de un servicio que es competencia del consistorio» y que deben «seguir facilitando, ya que así lo establece el artículo 26 de la ley reguladora de bases de régimen local, que señala como obligatoria la prestación del transporte público urbano en los municipios que tienen más de 50.000 habitantes».

Y es que, según las estadísticas facilitadas a la administración municipal por parte de la empresa concesionaria, las medidas de confinamiento y limitación del movimiento de las personas, decretadas a mediados de marzo, han supuesto una caída en picado en el número de viajeros de las dos líneas existentes hasta entonces, que unificaron en una tras la decisión del Gobierno central.

Así, mientras el Groguet sumaba cerca de 900 usuarios al día en las dos semanas anteriores al confinamiento, la media de pasajeros bajó a 81 en las primeras siete jornadas del estado de alarma, a 42 en la segunda semana y a 56 en la tercera. En los últimos días, coincidiendo también con la Semana Santa, cayó a solo 18 viajeros. Según esas mismas fuentes, los domingos el uso del bus aún es menor y registra apenas una decena de personas.

HOSPITAL // Benlloch hace hincapié en que «es un servicio público» que tienen «que seguir prestando por ley». De hecho, facilita los traslados del vecindario, de manera especial hasta el Hospital de la Plana o al centro de la ciudad para realizar las compras.