Si hay algo que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, no se cansa de repetir desde que la pandemia del coronavirus sorprendiera a instituciones y gobiernos europeos es que "ningún Estado miembro puede hacer frente a esta crisis en solitario". Un mensaje que ha vuelto a trasladar este jueves ante el pleno del Parlamento Europeo donde ha afeado públicamente las medidas unilaterales que adoptaron algunos gobiernos -aunque sin citar directamente a ningún país- al inicio de la crisis y ha reivindicado la necesidad de actuar, tal y como dijo Konrad Adenauer, uno de los padres fundadores de la UE, “con un corazón grande, no con 27 pequeños”.

Una cita que a su juicio resume perfectamente el momento que atraviesa Europa. "Lo acontecido en las últimas semanas resulta doloroso de relatar. Cuando Europa ha necesitado solidaridad muchos solo han buscado ayudarse a si mismos. Muchos dieron respuesta solo para ellos. Demasiados se negaron a compartir su paraguas. En las últimas semanas hemos adoptado medidas excepcionales y desde entonces la situación ha ido mejorando" pero hay "un enemigo invisible que pone a prueba los valores fundamentales de la Unión", ha alertado.

Remesas cruciales

La conservadora alemana ha afeado muy especialmente el bloqueo durante días de remesas cruciales en las fronteras europeas y la negativa de algunos países a exportar material sanitario cuando había socios europeos que lo necesitaban.

"No tiene sentido que algunos países decidieran unilateralmente paralizar las exportaciones a otros países dentro del mercado interior", ha reprochado porque "se necesitan con urgencia los equipos adecuados" y "en cantidades adecuadas", ha afeado en otro momento de su intervención ante un pleno semivacío y que por primera vez en la historia aprobará este jueves a distancia las medidas propuestas en las últimas semanas por la Comisión Europea para mitigar el impacto del virus.

Un plan para garantizar la recuperación

Al hilo de esto, Von der Leyen ha subrayado también que la libre circulación de bienes y servicios es la mejor baza para asegurar que los suministros lleguen allí donde se necesitan -ha mencionado los casos de Italia y España- y ha avisado de que los ciudadanos europeos están muy pendientes de las decisiones europeas y de que no hay que dejar a nadie atrás. "Recordarán a quienes hicieron algo y a quienes no, las decisiones que tomemos y las que no", ha insistido reivindicando también la necesidad de empezar a pensar en el futuro porque habrá que fraguar un plan de recuperación.

"Será el momento de extraer lecciones y decidir qué Unión Europea queremos para el futuro y en ese proceso debemos evitar caer en el debate falso y estéril de si necesitamos más o menos Europa", ha dicho reivindicado la necesidad de aprovechar este momento para "determinar cómo podemos aprovechar esta tormenta para que logremos resistir mejor la próxima".

A su juicio, los Veintisiete países de la UE deben utilizar esta crisis sanitaria para responder a algunas cuestiones cruciales sobre el tipo de unión que quiere porque "nos encontramos ante una encrucijada”. "¿Nos dividirá este virus definitivamente entre ricos y pobres?, “Entre los que tienen mucho y los que no tienen nada? O ¿nos convertiremos en continente más fuerte y en un actor internacional importante? ¿Serán nuestras capacidades capaces de unirse más?", se ha preguntado.

"La historia nos observa, hagamos lo correcto juntos, con un corazón grande, no con 27 pequeños", ha reclamado durante un debate de algo más de dos horas en el que ha habido alabanzas a la actuación de la Comisión, reproches a la lentitud de los gobiernos (euroescépticos y ultraconservadores) y llamamiento a la puesta en marcha de medidas económicas más potentes con eurobonos y un plan Marshall de recuperación (Socialistas). Algunas de las ideas que estarán sobre la mesa en la videoconferencia que celebran este jueves por la tarde los 27 jefes de estado y de Gobierno de la UE.