Se acabó la hibernación. Algo más de 55.000 trabajadores de Castellón de actividades no esenciales vuelven este martes a sus puestos y lo hacen tras dos semanas de parón de la economía. El pasado 30 de marzo, el Gobierno endureció el estado de alarma y ordenó el cese de toda la actividad laboral no imprescindible para forzar la bajada de contagios por el coronavirus. Pararon las fábricas de azulejos, como también lo hicieron las industrias auxiliares o la construcción. Esta mañana muchas de esas empresas vuelven a abrir sus puertas y lo hacen reorganizando o implantando turnos, limitando los accesos o incluso tomando la temperatura de sus empleados.

La industria cerámica, que en la provincia da empleo a 45.000 profesionales, reanuda su actividad aunque muchas de las empresas lo harán de manera progresiva. Porcelanosa, por ejemplo, no activará la producción hasta el próximo 20 de abril. Pamesa, en cambio, ya se activó ayer, pese a ser fiesta. Las empresas del sector de l’Alcora se incorporarán el miércoles porque hoy martes es festivo local.

El delegado del sector cerámico en CCOO Castellón, Jordi Riera, explicó que «será un arranque de perfil bajo, con una producción irá al ralentí --por la merma de pedidos-- y básicamente se darán operaciones de carga o mantenimiento». La novedad en esta vuelta al trabajo en el sector cerámico coincidirá con la implementación de un plan de prevención de riesgos por covid-19, elaborado por Unimat Prevención y consensuado con la patronal Ascer y los sindicatos. Pretende ser una guía orientativa para velar por la seguridad de los trabajadores. Entre las medidas (algunas ya se aplicaban) figuran directrices para evitar focos de contagio, como una reorganización de turnos (con diferencias de cuartos de hora en las entradas y salidas) e incluso la implantación de estos en departamentos como el de administración, compras o laboratorio, donde hasta ahora se trabajaba a jornada partida. También se implementarán horarios de uso de comedores y vestuarios y se cerrarán o apartarán las máquinas de café, aguas y refrescos para evitar concentraciones de trabajadores. Las mascarillas, según Jordi Riera, están empezando a llegar a la industria cerámica, aunque no los test.

PAMESA HACE EL TEST A SUS EMPLEADOS

Los test no llegan y la empresa Pamesa los ha comprado y empezó ayer a realizar la doble prueba a sus trabajadores con el objetivo de saber si están o no infectados por el coronavirus y seguir trabajando con total seguridad. La compañía que preside Fernando Roig tiene previsto hacer la prueba a sus casi 2.300 trabajadores y, según confirmaron fuentes de la empresa, ayer empezaron con los trabajadores de producción. El objetivo de la azulejera es que en dos o tres días todo el personal sea sometido a una doble prueba. La primera de ellas consiste en un test de sangre, cuyo resultado se conoce prácticamente de forma inmediata. La segunda es mucho más compleja y se basa en tomar una muestra de la nariz o la garganta del trabajador.

EL LADRILLO, A MEDIO GAS

La construcción también vuelve al tajo, pero lo hará a medio gas. Desde esta mañana, las obras se ponen en marcha aunque con una notable excepción: las reformas, que están prohibidas. Una orden del Gobierno, publicada a última hora del domingo en el BOE, aclaró que no se puede retomar ninguna obra en edificios habitados en los que no se pueda evitar el contacto entre los operarios y los vecinos, salvo las reparaciones urgentes. Y la patronal provincial Apecc ya ha hecho números. De los 15.490 trabajadores del sector en Castellón, unos 5.000 se dedicaban antes del parón a proyectos de rehabilitación de fachadas y reformas en domicilios.

La deshibernación agrada a los empresarios que, no obstante, avisan de la falta de equipos de protección. Salvador Navarro, presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), echó en falta también indicaciones más concretas con información por sectores, puesto que las condiciones para volver a la actividad de forma segura difieren mucho entre una pyme o una industria pesada. La CEV apeló a la responsabilidad compartida de Administración, empresas y trabajadores para que la vuelta a la actividad sea segura.