Probablemente el presidente de los Estados Unidos es el icono moderno. Sin llegar nivel del Che Guevara o Marylin Monroe, es el personaje más retratado en la última década. Barack Obama seguirá en el punto de mira por lo menos hasta el próximo enero, cuando entregue el relevo a su sucesor en la Casa Blanca. La conexión entre dos retratos salidos de la cámara de Dan Winters, con ocho años de diferencia, subrayan las huellas del poder en el rostro del hombre más poderoso del planeta.

De los 48 años sin una cana con los que inició su primer mandato, a los 56 de la despedida marcada por el pulso que mantiene en Siria con Vladimir Putin y la arenga a los norteamericanos para que apoyen a Hillary Clinton frente a Donald Trump.

En un mes se celebrarán las elecciones que cierran la era Obama, el primer presidente negro de EEUU. Llega la hora de los balances y las comparaciones. Del antes y el después, como en un anuncio de CEAC.

Encarando las dos fotografías de Winters se intuye el peso de los dos mandatos El rostros del 2016 muestra huellas de un envejecimiento, profundizado quizás por el peso del cargo y de las decisiones que ha tenido que tomar. Las canas y las arrugas abundan en un rostro más enjuto.

El otoño del presidente norteamericano invita a poner en el espejo a los inquilinos más relevantes de la Moncloa. Puro divertimento para una mañana de peluquería.

EL CASO ESPAÑOL

Ocho años de diferencia entre el Felipe González del cartel electoral de 1982 al de 1980, cuando ya pintaba canas en las sienes. El castigo de los años supo combatirlo José María Aznar en el gimnasio y la pista de atletismo sin que nadie haya averiguado qué fórmula secreta le permite seguir sin peinar canas. Quizá la receta se la pasó Gerard Schroeder, aquel canciller alemán que se querelló contra el periodista que aseguró que lo suyo era simple tinte. A la vista de las fotos también queda claro el desgaste de José Luis Rodríguez Zapatero, quinto de Obama, y es más dudoso el experimentado por Mariano Rajoy, de eterna barba cana y peinado grecian 2000.

Las dos caras del presidente que dirigió la caza de Osama Bin Laden forman parte de un reportaje que publicará New York Magazine, con un recorrido, casi día a día, por las noticas más relevantes de este tiempo.

OH, MICHELLE

Los Obama disfrutan compartiendo con sus compatriotas los episodios cotidianos. El más reciente, anteayer, aniversario matrimonial. «Hace 20 años, me casé con el amor de mi vida y mi mejor amiga. Feliz aniversario, Michelle», dejó escrito el presidente en su cuenta oficial, firmando con sus iniciales, B.O.. Una hora después, la primera dama le respondió ante sus más de 20 millones de seguidores en Twitter. «Feliz aniversario Barack. Gracias por ser una pareja, amigo y un padre formidable, todos los días. ¡Te quiero!».

Este es el último aniversario que celebran en la Casa Blanca. Las agencias dan cuenta de una historia de amor que se remonta a junio de 1989. Un joven Barack acababa de ser contratado como asociado de verano en un despacho de abogados, mientras que Michelle era asignada por unos meses como consejera en ese mismo bufete.

Pese a una primera resistencia por parte de ella, en septiembre de ese año iniciaron el noviazgo. Se comprometieron en 1991 y el 3 de octubre de 1992 se casaron en Chicago. Seis años después, en 1998, nació su primera hija, Malia,y, en 2001, la menor, Natasha.

Dicen que Obama aprovecha cada aniversario para recordar públicamente cuánto ama a su mujer.