Nuestra memoria es capaz de retener temperaturas y olores, texturas y matices, elementos y sensaciones que pueden cambiar el curso de una vida. Nunca podré olvidar esa luz crepuscular y ese olor a lavanda de Arlés, el sabor de un buen vino al anochecer, las risas y miradas cómplices en la madrugada, los paseos vespertinos por el barrio de La Roquette, la alegría y el colorido del mercado cada miércoles, el pan recién horneado o la tarte de figues.

A veces creo que uno nace para vivir ciertos momentos, y yo nací para gozar todos y cada uno de los instantes que viví en la Provenza francesa, rodeado de seres excepcionales, sin inmutarme por el paso del tiempo. Experimenté una inaudita paz interior, una alegría tranquila y un sentimiento de seguridad y responsabilidad sobre mí mismo que no creí ser capaz de disfrutar. Si a esa experiencia caprichosa vital le añadimos la oportunidad de conocer de primera mano uno de los festivales de fotografía más importantes de cuantos se celebran en el mundo, como son Les Rencontres de la Photographie, admito ser alguien afortunado, por partida doble.

Mientras contemplaba exposiciones de autores a los que admiro profundamente, como Walker Evans, Martin Parr, Stephen Shore, Martin Gusinde y tantos otros, no podía dejar de pensar en un certamen como Imaginària, nuestra cita ineludible con la fotografía en primavera. De hecho, así se lo confesaba a Daniel Belinchón, coordinador de esta cita que organiza la Universitat Jaume I y que este año ha alcanzado ya su décimotercera edición. Belinchón me respondió que, “Imaginària guarda cierta relación con la propuesta de los encuentros de Arles en la medida de que se plantea como objetivo fundamental la visualización del aporte que supone en términos culturales, la producción fotográfica y la imagen fija”. Todo ello, añadía, “atendiendo cuatro aspectos diferentes: su valor patrimonial, su valor documental, su valor artístico y su potencialidad como instrumento para la comunicación, centrándonos muy especialmente en reivindicar la presencia de la obra fotográfica dentro de las programaciones culturales que diferentes instituciones y entidades públicas o privadas hacen en la provincia de Castellón”.

Para Daniel Belinchón, “el punto diferencial y estructural del proyecto es intentar crear espacios para la exhibición de obra fotográfica”. La verdad, en estos ya 13 años, el objetivo se ha logrado, y con creces. De hecho, en la presente cita han logrado incorporar más espacios de exhibición hasta el punto de ofrecer 16 muestras expositivas en la capital de la Plana, “lo que, desde luego, es un hito en la trayectoria del proyecto”.

A DESTACAR // ¿Y qué nos depara este año Imaginària? ¿Qué podemos ver? “Dentro de la programación de este año tenemos primeras figuras de la fotografía como Jürgen Sachadeberg, Ouka Leele o Baylon”, explica Belinchón, quien no se olvida de los trabajos que han realizado los estudiantes de fotografía de la EASD de Castellón, del Aula de Fotografía de la UJI o de FotoLledó, “sin olvidar la importancia que tiene las aportaciones que realizan las agrupaciones fotográficas de la provincia, verdaderos nervios del tejido de la producción fotográfica a nivel provincial y que cada año, están más activas y son más”.

56 actividades diferentes, de las que 46 son muestras expositivas, 19 localidades --Alcossebre, Almenara, Almassora, Benicàssim, Castellón, Catí, Culla, Fanzara, Moncofa, Morella, Onda, Sagunt, Sant Mateu, Segorbe, Vila-real, Vilafranca, Vistabella del Maestrat, Vinaròs y Viver--, Imaginària es mucho más que un simple festival, “por su naturaleza y los fines que persigue”, en palabras de Daniel Belinchón, quien se enorgullece también de la puesta en marcha de iniciativas como el Fotomayo, organizado por la Agrupación Fotográfica de Segorbe, el Sonda Visual del Área de Cultura del Ayuntamiento de Vila-real y más recientemente el DipcasPhoto de la Diputación de Castellón. “La fotografía --afirma el coordinador de Imaginària-- está a punto de cumplir 200 años, eso son casi siete generaciones de personas que han comprendido la vida, han conocido el mundo y recordado a sus seres queridos a través de una foto. Muchas experiencias por reconocer, reencontrar y restablecer”.

Hasta el 4 de junio tienen oportunidad de dialogar a través de las instantáneas. ¿Se atreven?