Cuando leí por primera vez a Edward Bunker quedé fascinado, noqueado por su potencia verbal, por ese mundo del mal que reflejó a la perfección. Max Dembo, protagonista de No hay bestia tan feroz quedó grabado en mi memoria para siempre, y eso se lo debo a una editorial que esta misma semana participará en el Encuentro Nacional de Editoriales Independientes (ENDEI) que se celebra en Castellón, me refiero a Sajalín, cuyo editor, Dani Osca, habló con nosotros.

--Muchas editoriales independientes se han “labrado” un nombre gracias a la recuperación y/o redescubrimiento de autores cuyas obras pasaron desapercibidas o nunca fueron traducidas al castellano. En el caso de Sajalín es imposible no mencionar al ‘boom’ que supuso Edward Bunker.

-Sin Edward Bunker probablemente no existiría la colección “al margen” de nuestro catálogo, él la creó. El año anterior al nacimiento de Sajalín lo pasé en Italia leyendo y decidiendo cuáles serían los primeros títulos. Mi intención inicial era publicar traducciones de clásicos modernos inéditos en castellano, principalmente de autores europeos. Pero en Italia descubrí a Bunker, un autor que no encajaba en esa línea editorial, y tomé la decisión de crear un colección (“al margen”) para publicar sus libros. Aunque tenía muy claro que se trataba de un autor muy potente, no esperaba el éxito y la repercusión que tuvo la publicación de No hay bestia tan feroz. De hecho, pensaba que funcionaría mejor el segundo título de la colección, Réquiem por un sueño de Hubert Selby Jr. Los libros de Edward Bunker, de quien hemos publicado toda su obra, han sido fundamentales para Sajalín.

--Desde el 2009 habéis logrado reunir en vuestro catálogo a nombres como los de Dan Fante, Bernard Malamud, Jean Malaquais, Kenneth Cook, Ota Pavel… ¿A día de hoy qué balance hacéis al respecto?

-El balance es positivo. En los seis años y medio que llevamos hemos publicado cincuenta y cuatro títulos de treinta y tres autores, la mayoría de ellos inéditos en castellano y por tanto desconocidos en España. Unos han tenido mejor acogida que otros, pero nos sentimos orgullosos de todos los libros que hemos publicado.

--Una autora que destaca es Jean Stafford. En Los niños se aburren los domingos

-La mujer de mi socio, Alessandra, es una gran lectora y nos recomienda títulos que ha leído y le han gustado. Especialmente títulos escritos por mujeres, uno de los puntos flacos de la editorial. Hace unos años nos recomendó encarecidamente a Jean Stafford, de quien había leído una breve selección de relatos traducidos al italiano. Stafford ganó el premio Pulitzer de ficción en 1970 por sus Cuentos Completos. Los leí y me parecieron extraordinarios, no entendía cómo no se habían traducido antes. Sin embargo, me pareció poco apropiado publicar un volumen con todos ellos por tratarse de una autora desconocida en España, y lo que hicimos fue escoger los que nos parecían mejores y publicarlos con el título de uno de ellos, Los niños se aburren los domingos.

--Una de vuestras últimas apuestas es Glanbeigh

-Glanbeigh es uno de los debuts literarios más aclamados de los últimos años. Su autor, el joven irlandés Colin Barrett, ganó con este libro galardones tan prestigiosos como el Premio Guardian al mejor debut, el National Book Award en la categoría 5 under 35 o el Premio internacional de relato Frank O’Connor. Estoy convencido de que Barrett dará mucho que hablar en el futuro.

Los relatos que presenta tienen lugar en Glanbeigh, un pueblo ficticio trasunto de cualquier zona rural empobrecida del oeste de Irlanda. Sus protagonistas son jóvenes con un futuro incierto que malviven mediante empleos ingratos y mal pagados o recurriendo a la pequeña delincuencia. Víctimas de un ambiente corrompido y desesperanzado, los personajes de Glanbeigh se evaden del mundo con la bebida, el sexo o la violencia. Sobre ellos escribe Barrett “con afecto, sin condescendencia, viviendo sus vidas” (en palabras de Kiko Amat), y con un estilo sólido y sugerente, áspero y a la vez poético.

--Al contrario de los grandes grupos, que cuentan con un amplio presupuesto para “publicitarse”, los pequeños sellos apuestan por el boca-oreja y el trato directo con los medios de comunicación, es decir, creyeron en que la calidad de la obra editada hablaba por sí sola. ¿Cuál es vuestro modus operandi en este sentido?

-Supongo que, en este sentido, funcionamos como cualquier editorial de pequeñas dimensiones. Nuestra gran baza es ofrecer a los lectores obras de indudable valor literario, porque con ello pretendemos que confíen en la editorial y que se atrevan a leer otros libros de Sajalín aunque no conozcan de nada a su autor. Para lograr este objetivo es necesaria la complicidad de los libreros y de la prensa cultural, con quienes tratamos de mantener una relación lo más cercana posible. Esa complicidad es imprescindible en los primeros años de una editorial como Sajalín, puesto que al principio no basta con publicar buenos libros.

--Esta semana participaréis en el II ENDEI de Castellón, donde se hablará, entre otras cosas, de la situación actual del mercado editorial. El eterno debate sobre si se lee cada vez menos está ya muy manido, pero sigue siendo preocupante, ¿no?

-Que en España se lee poco es una realidad que no podemos negar ni obviar. Que esta situación cambie a mejor no es algo que esté al alcance de las editoriales independientes, sino que requiere una voluntad política que vaya más allá de los objetivos a corto plazo.

--¿Qué esperáis del ENDEI?

-Conversar con editores que se enfrentan a los mismos problemas y dificultades que nosotros, conocer las librerías y la vida cultural Castellón, y presentar la editorial a los castellonenses.

--Hasta la fecha Sajalín ha publicado solo a autores extranjeros. ¿Cabe la posibilidad de ampliar su radio de acción y apostar por autores noveles de la tierra?

-No es algo que tengamos previsto a corto plazo. Publicamos un número reducido de títulos al año y seguiremos apostando por la línea editorial que hemos mantenido hasta ahora.

--Vuestros libros han sido traducidos por algunos de los mejores traductores del país. ¿Cuál es vuestra relación con ellos? ¿Creéis que están bien considerados dentro del sector?

-Una editorial como la nuestra no tendría sentido si no valorara el trabajo de los traductores literarios. Tenemos muy buena relación con la mayoría de traductores con los que hemos colaborado, y hemos tenido la suerte de trabajar con algunos de los mejores traductores del país. Yo creo que la mayoría de editoriales independientes son conscientes y valoran como es debido la gran labor que realizan los traductores, y que en la medida de nuestras posibilidades promocionamos y destacamos. Un ejemplo de ello es que actualmente es práctica habitual incluir el nombre del traductor en la cubierta, cosa que no sucedía antes de la eclosión de editoriales independientes.

--¿Qué objetivos a corto y medio plazo os habéis propuesto?

-Los mismos que teníamos cuando empezamos: Proponer a los lectores hispanohablantes obras inéditas u olvidadas de la mejor narrativa extranjera contemporánea.

--¿Es la edición un negocio rentable en un país que cuenta con más de 3.100 sellos en la actualidad?

-Exceptuando algún caso aislado, la edición literaria no es un negocio rentable en los primeros años de actividad. Sí debería serlo a medio y largo plazo, pero me temo que la situación que ha vivido el país en estos últimos años ha alargado los plazos. No deja de asombrarme que precisamente en la última década hayan aparecido muchas editoriales y librerías independientes. Es algo alentador y que me hace feliz como lector, porque nunca antes me había encontrado con una oferta de títulos tan amplia y de tanta calidad.