Tal día como hay, hace 100 días, el CD Castellón escribía un punto y aparte. David Cruz se apartaba de la gestión para dejar paso a un grupo con marcado acento provincial, liderado desde la presidencia por Vicente Montesinos, al frente de un equipo de colaboradores como Jordi Bruixola, Àngel Dealbert o Pablo Hernández. Han pasado poco más de tres meses, pero la transformación ha sido radical. El club ha cambiado de arriba a abajo: ha regresado la ilusión en la afición hasta el punto de rozar los 10.000 socios, ha devuelto el debate estrictamente futbolístico y ha puesto las bases para que la entidad tenga un futuro... aunque todavía queda mucho por hacer y tareas urgentes.

El club considera que toca un análisis de todo lo que ha sucedido desde que el 13 de junio el nuevo grupo se presentaba en una abarrotada sala de prensa de Castalia, apenas unas horas después de haber conseguido relegar a Cruz. De ahí que mañana jueves haya convocado un acto para hacer el pertinente balance.

El evento, que lleva el lema Negro sobre blanco, 100 días en albinegro, tendrá lugar en la Universitat Jaume I y contará con la plana mayor del Castellón, con Montesinos al frente. El presidente estará acompañado por el resto de su consejo de administración y junta directiva. Incluso acudirá la plantilla y el cuerpo técnico, con Frank Castelló a la cabeza.

El balance se desarrollará en el edificio de Postgrado y Consejo Social de la UJI, también conocido como el edificio de la FUE, a las 18.00 horas. Un aspecto muy importante: será abierto al público, que podrá conocer de primera mano el estado del club.

LUCES... Y ALGUNA SOMBRA

El proyecto merece una muy buena nota porque las luces superan claramente a las sombras.

Lo primordial es que el Castellón ha pasado de estar al filo de la desaparición a contar con un plan de viabilidad, pendiente, eso sí, de llegar a un acuerdo con Hacienda, principal acreedor. La sintonía es buena, pero aún no hay firmado un plan de pagos, como sí ha conseguido el nuevo grupo con la Seguridad Social.

Mientras se ultima una auditoría que refleja el estado real del agujero que han dejado los predecesores que han gestionado el club, hacer tabla rasa para que desaparezcan, precisamente, los que han conducido al Castellón al borde del abismo, es la otra tarea prioritaria. Algo que solo se consigue con una ampliación de capital que, previa reducción a cero, establezca un nuevo reparto accionarial, libre de Castellnou2005 y todo lo que huela a él.

En cuanto a lo deportivo, el tibio arranque de temporada ha generado controversia acerca del potencial del equipo, cuyo único objetivo es poner fin a siete temporadas en Tercera División.

Los casi 10.000 abonados refleja que el Castellón ha recuperado el apoyo social; y en lo económico, la pequeña y la mediana empresa vuelve a estar a su lado.