El deporte de la canasta cumple 50 años de historia en Moncofa. Fue allá en 1969 cuando un grupo de jóvenes del municipio, conocidos deportivamente como La Muchachada de Moncofa, comenzaron a jugar a baloncesto. «Éramos un grupo de jóvenes, entusiastas del básquet, con edades comprendidas entre los 15 y los 18 años, que teníamos interés por este deporte desde que empezamos a reunirnos en el Centro Parroquial que había en la calle San Antonio, donde teníamos un patio con dos canastas sujetadas a la pared», recuerda José Franch, uno de aquellos jóvenes.

Los integrantes de aquel equipo eran sabedores de que las dimensiones de la pista no eran reglamentarias, aunque para ellos era su particular pista olímpica, ya que allí podían jugar y practicar su deporte favorito. Entre aquellas paredes, innumerables anécdotas y buenos momentos. Como el que cuenta el propio Franch, quien explica que por las noches podían «entrenar gracias a una bombilla que había instalada en el mismo patio», concreta.

Aquel era el único espacio de la época de los sesenta para la práctica de este deporte hasta que, unos años después, construyeron las instalaciones deportivas a través de la Delegación Provincial de la Juventud, un recinto donde había un campo de fútbol y una pista polideportiva en la que se podían practicar, además del baloncesto, balonmano y pelota.

«Cuando decidimos federarnos, la pista estaba marcada, pero no reunía las condiciones necesarias, por lo que tuvimos que comprar pintura para pintarla, cosa que hacíamos por las noches», comenta Franch, quien no duda en reconocer que los inicios fueron difíciles: «Ayudas, al principio, no teníamos ninguna, solo lo que sacábamos de las rifas y vendiendo lotería, más alguna que otra aportación particular».

Del amarillo inicial de las camisetas se pasó al amarillo y negro gracias al patrocinio de la empresa cerámica Cemosa. Y, de ser solo gente del pueblo, a jugadores llegados de otros municipios vecinos, como Castelló, la Vall d’Uixó o Nules.

El club sobrevivió unas tempoporas hasta que se les ofreció jugar en el CB Nules OJE, donde la infraestructura y el sustento económico eran diferentes.