Andan los clubs de Segunda B que ya no están en competición, la inmensa mayoría, con sus primeros movimientos, si no en cuanto a fichajes, sí en cuanto a renovaciones y/o bajas… menos en el CD Castellón, acercándose al ecuador que separa el memorable epílogo de la pasada campaña (19 de mayo) y el arranque de la pretemporada (mediados de julio). Únicamente la renovación de David Cubillas, horas después de certificar la permanencia, y desde entonces, nada de nada.

Todo quedaba supeditado a si José Miguel Garrido y Orbit Access continuaban en el club o si este daba un giro de 180 grados con el regreso de Vicente Montesinos y Capital Albinegro. Una semana larga desde el traspaso de poderes, el club no ha ofrecido señal alguna en el terreno estrictamente deportivo, con toda la planificación supeditada a la significativa herencia por los 20 futbolistas con contrato en vigor y los elevados sueldos de la mayoría.

TRABAJO GRUPAL

Con Óscar Cano pilotando la flamante comisión deportiva, lo primero es establecer la operación salida, que alcanzará a todos los jugadores (cuatro) que acababan contrato este 30 de junio y que no van a seguir, a excepción del caso particular del pichichi César Díaz, propiedad del Racing y con quien está abocado a llegar a un acuerdo para que siga marcando goles para el Castellón, una empresa harto complicada. Otro cedido, Óscar Fernández, regresa al Alcorcón, en tanto que el Castellón ya busca recambios para Ramón Verdú y Antonio Caballero: el lateral izquierdo ha sido poco protagonista con el granadino y el centrocampista jiennense ha pasado de prácticamente jugarlo todo, a desaparecer en el último mes y ver cómo, con la continuidad en el banquillo, se esfumaban sus esperanzas de renovar.

Ahora, el Castellón se centra en las rescisiones de contrato. Elián Guillén (no ha tenido ni ficha) y Julio Delgado (efímero) han sido un visto y no visto tras aterrizar en enero, en tanto que Theo García y Kilian Morante nunca han contado con el granadino. La salida de éste parece muy factible, porque interesa al Orihuela, recién regresado a la Segunda B.

Además, hay varios expedientes pendientes de analizar, de ahí la horquilla de bajas y, en consecuencia, la posibilidad de elevar el número de refuerzos. Rubén Ramos, muy del agrado de Cano, ha estado bastante por debajo de las expectativas y ha chupado mucho banquillo en el desenlace del campeonato. De igual forma, Cristian Herrera, de regreso de su doble cesión (primero al Ibiza-Eivissa; después, en el Almería B), en un caso también a resolver.

BAJO LAS LEYES DEL MERCADO

Y, después, claro está, las despedidas derivadas de las leyes de la oferta y la demanda del mercado, con Joseba Muguruza y Rafa Gálvez en el epicentro de las mismas. Dos futbolistas con contrato en vigor (elevado, además), con un buen cartel, aunque sin ofertas todavía y con cláusulas de rescisión prohibitivas. De continuar vistiendo de albinegro, la cifra de fichajes no excedería de la decena. Si no, la renovación de la plantilla será más amplia de lo previsto inicialmente.