El Mundial de motociclismo, como suele ser habitual por estas mismas fechas, arranca en el desierto de Catar, en el nocturno e iluminado trazado de Losail (Doha), con los mismos protagonistas de siempre más uno, el joven piloto catalán Maverick Viñales, nuevo compañero del campeonísimo italiano Valentino Rossi, que este miércoles se ha prestado a compartir disparos en el campo de tiro olímpico de Catar con el mismísimo jeque Nasser Al-Attiyah, primero del emir de Catar y uno de los seres humanos más amables que hay en la tierra, bicampeón del Dakar (2011 con Volkswagen y 2015 con Mini) y medalla de bronce de tiro al plato en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

RACIMO DE FAVORITOS

Rossi, que junto a Viñales y los otros tres magníficos (Marc Márquez, Dani Pedrosa y Jorge Lorenzo), afrontarán este fin de semana largo (pues los entrenamientos en Doha empiezan este jueves) una de las temporadas más vibrantes que se recuerdan, dada la enorme igualdad de las mecánicas (Ducati y Suzuki están ya, en muchos trazados, a la altura de Yamaha y Honda) y pilotos que existe en la parrilla de la categoría reina.

Mientras Viñales vuela y Márquez se muestra mucho más contento esta temporada que "el pasado año por estas mismas fechas, cuando no sabíamos qué hacer con nuestra moto, ni como mejorarla", Rossi ha pedido "un milagro, un auténtico milagro" para poder ser competitivo este fin de semana en Losail: "No acabo de entender cómo podemos sacarle a nuestra nueva Yamaha M1 el rendimiento que le está sacando Maverick". En el punto medio, tal vez, se encuentra Pedrosa, a quien Márquez ve como posible miembro del podio del domingo "porque ha hecho muy buena pretemporada sin hacer ruido" y Lorenzo, que sabe que uno de los trazados en los que será sin duda competitivo es este de Catar.

ACERTÓ DOS PLATOS, MUCHO

Rossi, que ha departido largo y tendido con Al-Attiyah -que ha llegado al club de tiro en un más que precioso y reluciente Rolls Royce esport descapotable biplaza, blanco, sí, blanco- no ha querido hablar esta mañana del campeonato, pero sí ha dicho: "Disparar con esta escopeta, intentar hacer blanco en los platos (por cierto, acertó dos de los 15 lanzamientos que le hicieron), es casi tan excitante como cuando sales a la pista y tienes como objetivo el podio o, incluso, la victoria".

Es evidente que todos los presentes en el campo de tiro bromeamos al ver como Al-Attiyah enseñaba al Doctor los trucos para acoplar la escopeta al hombro derecho (por cierto, Rossi, que es zurdo, disparó con la derecha) y pensamos a quién estaba apuntando a Rossi. Ganó quien pensó que señalaba con el punto de mira a Márquez, el hombre a batir a partir de la noche del domingo, pero algunos creímos ver en sus pupilas la imagen de Viñales, que es quien corre con su misma moto, su nuevo compañero de box y, sin duda, el primer piloto al que debe vencer y con quien le medirá todo el mundo.