El Mundial está sacando lo mejor y lo peor de los aficionados desplazados hasta Rusia. Y las mujeres, sobre todo las periodistas, son las que se están llevando esta peor versión. Para muchas de ellas informar de la competición se está convirtiendo en toda una odisea en la que no solo tienen que ejercer su trabajo, sino que también tienen que combatir contra el acoso sufrido por parte de los aficionados. Julia Guimarães, Julieth González y Malin Wahlberg son la cara visible de este atosigamiento.

Guimarães, reportera brasileña que trabaja para el programa Globo Esporte, ha sido la última en vivir una escena que, desgraciadamente, se está convirtiendo en habitual. Mientras estaba informando sobre la previa del partido entre Senegal y Japón, un aficionado se abalanzó sobre ella. La brasileña, firme, le apartó y le reclamó: "No hagas eso. No vuelvas a hacerlo". Pero ya estaba hecho, y ha quedado grabado a modo de denuncia en un vídeo sobre el que la brasileña dice no tener palabras. Porque este, ya es el segundo acoso que sufre la reportera de Globo Esporte en lo que va de Mundial.

De ahí a que su medio y ella misma decidieran difundir las imágenes en las que Guimarães espeta al aficionado que intenta besarla. "No te he dado permiso. No es educado y no esta bien. Nunca le hagas esto a una mujer", dice la reportera mientras el hombre se disculpa. "Respeta".

Tres casos en dos semanas

El Mundial empezó el día 15 de junio. La previa un poco antes. Dos semanas después, Guimarães ya ha sufrido dos acosos mientras intentaba informar. Y no es la única. Antes que ella, Julieth González, enviada especial a Moscú del canal de noticias en español de Deutsche Welle, fue la primera a la que intentaron besar en una cobertura de la Copa del Mundo. Fue el día de la inauguración.

Mientras estaba realizando una retransmisión en directo, un hombre la besó en la mejilla sin su consentimiento y le tocó un pecho. Ella siguió informando del ambiente con profesionalidad. Él se marchó feliz, sonriendo. Y aunque González, sorprendida, no habló sobre los hechos por seguir comentando y hablando de la inauguración, su compañera desde el plató no dudó en denunciar la escena vivida. "Ya veo que los aficionados se toman la libertad de repartir besos sin pedir permiso", dijo.

Horas después, González no dudó en sumarse a la denuncia a través de sus redes sociales. "¡Respeto! No merecemos este trato. Somos igualmente valiosas y profesionales. Comparto la alegría del fútbol, pero debemos identificar los límites del afecto y el acoso", sentenció en su perfil de Instagram. Los mensajes de apoyo y las denuncias, desde entonces, no han parado de llegar. Pero de poco han servido porque tras ella, otras dos mujeres han sufrido una situación similar.

La reportera sueca Malin Wahlberg es el otro caso. Ella trabaja para el diario deportivo Sportbladet y también fue acosada mientras hacia una retransmisión en directo. Estaba hablando de la previa del partido Corea del Sur - Suecia y hablando del aluvión de aficionados suecos que se estaba desplazando hasta el estadio, cuando uno de ellos le dio un beso en la mejilla sin consentimiento y otro la rodeó con su brazo por encima del hombro, le tocó la cabeza y la despeinó. Wahlberg no dudó en denunciarlo públicamente.

En declaraciones al periódico noruego Verdens Gang, la periodista sueca expresó su malestar por las situaciones que están viviendo las periodistas en Rusia. "Me sentí incómoda cuando pasó. Pero esto no va sobre mí. Creo que en Aftonbladet lo ponemos en un contexto más amplio. Esto va de la gente que se toma la libertad de hacer cosas a las que no tiene derecho. No creo que sean conscientes de lo que están haciendo realmente y probablemente crean que es divertido, pero no lo es", declaró.

Sus casos no son más que la cara visible de los acosos realizados en el Mundial de Rusia. Pero ellas no son las únicas. Decenas de periodistas sufren situaciones similares día tras día. Intentan trabajar como sus homólogos, pero son besadas y abrazas en directo sin consentimiento.