La afición del CD Castellón, esta temporada, no se cansa de batir récords. La última plusmarca, los 11.000 espectadores que el domingo contemplaron el triunfo en el derbi frente al Villarreal C (2-0). Es solo un registro más, como los 9.000 del estreno liguero en Castalia contra el Buñol o los 6.000 del anterior derbi ante el Almazora, teniendo en cuenta que se disputó en miércoles.

Once mil espectadores en un partido de Tercera es una barbaridad. Con todo, en ocasiones, los datos suelen cobrar su relevancia gracias a las comparaciones. El caso es que Castalia dobló la asistencia de un encuentro de Primera (Eibar-Celta, con apenas 5.345) y estuvo a la par que los 10.874 espectadores del Getafe-Villarreal, no tan lejos de los 13.305 de un Girona-Barcelona.

Además, el Castellón-Villarreal C superó, en público, a seis encuentros de Segunda A (de menos a más gente: Barcelona B-Lugo, Reus-Osasuna, Huesca-Valladolid, Albacete-Oviedo, Almería Sevilla Atlético e, incluso, un Rayo Vallecano-Cultural Leonesa). Huelga decir, además, que ninguno de los 40 encuentros de Segunda B tuvo más espectadores en sus gradas que el de orelluts y groguets, pese a que Mallorca, Racing, Elche y Recreativo como locales congregaron, respectivamente, entre 5.400 y 8.500.

UNA GRATA SORPRESA

El Castellón venía de perder en casa en su anterior comparecencia (0-1 en el último minuto de su duelo entre semana frente al Almazora) y de una mala semana, con empates en casa de dos equipos que no están llamados a luchar por lo más alto (Paterna y Crevillente). No daba la sensación, pues, de que la asistencia iba a ser tan elevada, pero la afición albinegra sigue empeñada en dar que hablar y en colarse, en titulares, en medio de los Messi, Cristiano Ronaldo, Marc Márquez y compañía.

Estos 11.000 espectadores suponen la mayor congregación de orelluts en un partido liguero de la época reciente (esta es la séptima temporada consecutiva) en Tercera, descontando cualquier fase de ascenso. En competición regular, habría que retroceder hasta la penúltima campaña en Segunda A (2008/2009) para encontrar afluencias de público en términos tan destacados.

Este tipo de situaciones suponen un efecto llamada, no solamente (Rayo Ibense) para que vaya igual o más espectadores al siguiente partido en Castalia, sino para dar un nuevo tirón a la campaña de abonados y, por fin, superar la mágica cifra de los cinco dígitos, que parecía igual de mítica que la búsqueda de El Dorado o la piedra filosofal, pero que ahora está al alcance.

Menos de 150 socios separan la campaña centurión de los 10.000, que el Castellón sueña con alcanzar esta semana (en la que se despide septiembre) o, como mucho, para arrancar octubre, sobre todo si el resultado en el campo del Roda es satisfactorio.