Ipurúa también se rindió a Messi. Allá donde va, Leo conquista al enemigo mientras le derriba. Ni un silbido, ni un reproche a pesar de ser el responsable directo del hundimiento del Eibar. “Nos llegan en contrataque e igual otro equipo te perdona. Pero con el tipo este es imposible, te saca goles de la nada”, declaró Mendilibar en alusión a Messi. El argentino jugó de todo. Hizo lo que le dio la gana. Empezó como repartidor, sacándose pases de esa zurda inigualable, que se inventó una suave vaselina a Luis Suárez en la jugada que acabó rematando Munir. Y así una y otra vez.

Leo volvió a marcar. Dos. Uno muy messiánico, en medio de uno de esos eslalons que todo el mundo sabe que van perfilándose hacia la izquierda y que todo el mundo sabe que normalmente acabara con el balón en la red. Dicho y hecho. Y otro, de penalti, (al Barça le ha pitado más que nunca, 14), bajo el morbo que cobra esa acción desde los 11 metros. Un poco de suspense, que esta vez liquidó con un medio Panenka. Suma y sigue: 8 goles en los 4 últimos partidos (2 al Arsenal, 1 al Sevilla, 3 al Rayo, y 2 al Eibar). Y 35 en total, 21 en la Liga, después de haber estado dos meses sin jugar por lesión. Otro que recuperó su cita con el gol fue Suárez, que rompió la racha que llevaba de tres partidos sin marcar. Un golazo para cerrar una cifra redonda: el tridente suma 100 dianas. Una barbaridad, cada partido más cerca de los 122 de la temporada pasada. A estas alturas, llevaban 75. O sea, 222 goles en 17 meses. H