Cuando Francia se había tranquilizado, cuando la gente había regresado a sus casas para dejar en el armario la bandera tricolor, cuando ya solo se empezaba a hablar de Tour, los franceses empezaron a gozar de su carrera ciclista para entregarse al nuevo ídolo, Julian Alaphilippe, que obsequió a los galos con la victoria en la primera etapa alpina.

Quisieron los grandes líderes de este Tour tomarse el día de tregua y provocar un retraso considerable en el horario previsto por la organización. Sin embargo, corrieron pensando más en la cita de este miércoles en La Rosière y en la etapa del jueves, en el siempre mágico Alpe d’Huez.

Nadie, entre los grandes, se movió. Todos subieron a rueda del Sky, todos quisieron reconocerse, escuchar las respiraciones, ver las caras, esas caras que siempre observaba Induráin para percatarse de quién iba mal o quién se atrevería a atacarlo en una jornada como la vivida en Le Grand Bornand, en el corazón alpino.

Y todos, permitieron la primera fuga de montaña en la que se colocó Alaphilippe, para sumar su primera victoria en el Tour. Él, que hasta ahora pasaba más bien por un especialista en carreras de un día o en pruebas de una semana, demostró que tampoco se acobarda con la alta montaña, en una jornada en la que el vasco Ion Izagirre llegó en segunda posición. Tal vez se esperó mucho a contraatacar a un Alaphilippe que ascendía por los Alpes como el mejor de los escaladores.

En una jornada en el que el regalo al público -no a los corredores- de colocar un tramo de casi dos kilómetros sin asfaltar en el Plateau des Glières no sirvió para mover la carrera. Solo Rigo Urán se descolgó para comenzar a despedirse de volver a repetir el podio conseguido hace un año en los Campos Elíseos. Urán, castigado por dos caídas en los adoquines y con una rodilla dañada, entregó más de tres minutos y dejó a Colombia con un único candidato, Nairo Quintana.

Fue la etapa de Alaphilippe, el primer ciclista que noqueó a Alejandro Valverde en su cuesta preferida, el Muro de Huy, donde todos los años se resuelve la clásica de la Flecha Valona, que siempre ganaba, hasta este mes de abril, el corredor murciano. Alaphilipe sorprendió a Valverde y lo dejó sin la opción de conseguir un sexto triunfo en la carrera belga.

fiesta francesa / El estruendo de los seguidores franceses, de los que querían disfrutar por fin de un triunfo de etapa local en este Tour, resonó en los valles alpinos. Confían en Bardet para ganar otra vez el Tour, para buscar un sustituto a Bernard Hinault, el último francés, por allá 1985, que llegó de amarillo a París.

Alaphilippe no será porque es complicado que se centre en una carrera de tres semanas. Pero, Bardet, por un día no pasó por problemas para cumplimentar la etapa a rueda del Sky y al lado de los tres líderes del Movistar, que siguen intactos y, por ahora, Valverde, Quintana y Mikel Landa tan unidos que ya han conseguido colocar a su escuadra al frente de la clasificación general por equipos. Vienen días decisivos en el Tour con todo por decidir.