Èpernay, la capital del champán, entre viñedos y célebres bodegas, fue el escenario este lunes de una portentosa exhibición del francés Julian Alaphilippe (Deceuninck Quick Step), quien sorprendió con un ataque en los últimos 16 kilómetros que le permitió ganar la tercera etapa y enfundarse el maillot amarillo.

Un ataque letal, marca de la casa de un guerrillero del pelotón, de 27 años, doble ganador de la Flecha Valona, de la Milán-San Remo y la Strade Bianche, que decidió aprovechar un final propicio para levantar los brazos ante la reacción inútil de los favoritos.

Alaphilippe atacó en la cima de la Cota de Mutigny, alcanzó al belga Wellens que marchaba escapado y ya no le vieron la perilla hasta la meta. Una demostración que rubricó con un tiempo de 4.40.29 horas en el trayecto de 215 kilómetros entre Binche y Épernay. Un latigazo que dejó plantado al pelotón principal, que cruzó la meta a 26 segundos del francés, con Mathewws y Stuyvens al frente, y Van Avermaet, Sagan y Bernal entre ellos. Se produjo un pequeño corte y perdieron 5 segundos candidatos como Geraint Thomas, Nairo Quintana, Mikel Landa, Fuglsang y Bardet.

No aguantó el líder Mike Teunissen, que pasó un calvario en las pequeñas pero explosivas cotas del menú del día. El jefe ahora es Alaphilippe, el rey de la montaña y ganador de dos etapas en 2018, seguido del belga triple campeón del mundo de ciclocros Wout Van Aert (Jumbo Visma) y de su compañero holandés Steven Kruijwick, a 20 y 25 segundos. Entre los favoritos, el líder real del Tour es el colombiano Egan Bernal (Ineos), sexto a 40 segundos, seguido del defensor del título Geraint Thomas a 45 y del español Enric Mas, octavo a 46 de la cabeza de carrera.