LA DECLARACIÓN. Debutar como albinegro en Castalia, hacerlo como titular y meter el gol de la victoria en la última jugada. Adrián Lapeña hablaba de su «alegría inmensa» después del domingo más redondo que cualquier futbolista pudiera imaginar. «Fue un día especial, porque siempre quieres jugar aquí, pero lo afronté con tranquilidad», profundizó el riojano. «Vi que el entrenador al final me ponía y me lo tomé como un partido más; porque si te pones nervioso, es peor para ti», incidió el central, llegado en el mercado de invierno del Kas Eupen (primera división belga). r. d.