No pide mucho. Solo pide lo justo y necesario. El catalán Aleix Espargaró (Granollers, 30 de julio 1989) cree haber hecho méritos suficientes en los dos años que lleva en Suzuki como para recibir un trato profesional, correcto, humano y transparente por parte del equipo que dirige el italiano Davide Brivio, que ha celebrado “con enorme satisfacción, felicidad y ruido” el fichaje de su compatriota, Andrea Iannone, como sustituto del catalán Maverick Viñales las dos próximas temporadas (2017 y 2018).

“Me he enterado por la prensa de la llegada de un nuevo piloto al equipo y, la verdad, no me lo esperaba, ni creo merecerlo”, ha comentado hoy Espargaró, de 26 años, bajo la carpa del equipo Suzuki y en medio de un enorme aguacero. “Lo de la salida de Maverick (Viñales) a Yamaha era un secreto a voces y, por tanto, ya sabía algo, pero la repentina llegada de Iannone, por otro lado un gran piloto, me ha dolido saberlo por otros y no por mi equipo. Creía haber hecho méritos suficientes como para que me tuviesen en cuenta a la hora de informarme sobre futuras incorporaciones. Pero, bueno, veo que no, veo que no soy importante para el proyecto Suzuki y me duele mucho, sí, muchísimo. Pensaba que era yo era una persona importante en el proyecto Suzuki, pero veo que no”.

FIEL A SUZUKI

El mayor de los Espargaró (su hermano Pol tampoco está muy contento del trato que recibe en el equipo Tec-3, ‘satélite’ de Yamaha) llamó, cariosamente, mentiroso a Davide Brivio, que esta misma mañana ha dicho que ya estaban hablando con Espargaró de su presente y futuro. “Bueno, sí, claro, Davide no ha mentido. Cierto, hablamos cada día, sí, mucho, pero no de lo que me interesa a mi o a mi manager, Albert Varela. Espero que empezamos pronto a hablar y espero que no sea demasiado tarde”.

Y, a continuación, Espargaró expresó su dolor, indignación y decepción por cómo se ha portado Suzuki, pese a lo mucho que él le ha dado, en estos dos últimos años y antes, mucho antes. “Cuando concluyó la temporada 2014, Honda y, muy especialmente, el mánager italiano Lucio Cecchinello, dueño del equipo ‘satélite’ LCR, me llamaba cada día, ¡cada día!, para que fichase por ellos. Y yo decidí echarle una mano a Suzuki porque me encantaba su proyecto. Y eso que tenía una moto que no iba, una moto que se rompía y en la que había mucho trabajo por hacer. Pero no me importó y me fui encantado con ellos. Me la jugué, pero no me arrepiento en absoluto”.

TEMOR A LA DESPEDIDA

Espargaró solo reclama, aunque ahora ya lo cree demasiado tarde, un poco de tacto por parte de Brivio. “El año pasado, logré hasta una ‘pole position’ (Barcelona-2015) y este año, en las tres últimas carreras (Austin, Jerez y Le Mans) me he metido entre los seis primeros tres veces. Pese a todo, siguen sin hablar conmigo y, de pronto, me entero por la prensa que han contratado a Iannone. No sé, no debemos de estar tan cerca el uno del otro como para que pueda pensar en continuar pero, bueno, veremos, espero empezar a tener algo más clara mi situación de cara al futuro cuando nos sentemos a conversar ¡ya! Ahora vienen tres pistas (Mugello, Barcelona y Assen) que me encantan y yo lo único que pienso hacer es seguir trabajando duro, más duro aún, y tratar de hacer buenos resultados. No me queda otra”.

El mayor de los hermanos Espargaró reconoce que tienen algunas ofertas y que “un par de ellas me hacen mucha ilusión, tanta como me hacía Suzuki en 2014”. “Es evidente que, tal vez, no sé, visto lo visto y el trato que he recibido por parte de Suzuki, cometí un error al decirle a mi amigo Albert Varela que no hablase con nadie, que mi prioridad era hablar con Suzuki, pero, a partir de hoy, tendremos que empezar a ponernos las pilas”.