El CD Castellón no arranca... con Óscar Cano, tampoco. La llegada del técnico granadino parecía haber supuesto una inyección de moral y buen fútbol, en especial desde el convincente triunfo ante el Ontinyent en Castalia. Y ello, unido a la reestructuración de la plantilla, con hasta ocho altas en el mercado invernal y el canterano Pablo Roig, hacía presagiar un cambio en el rumbo de un equipo tocado en lo anímico y que no funcionaba.

El aterrizaje del preparador granadino sí que significó un cambio en lo anímico y en la autoestima del grupo, pero no en los resultados, ya que, hasta el momento, sigue siendo un conjunto frágil, que le cuesta en casa y sigue sin ganar a domicilio.