Otros pilotos como Nico Rosberg se alojaban en un enorme mobilhome en los 'paddocks' de F-1. Fernando Alonso siempre prefirió el hotel, eso sí, cuando más cercano al circuito mejor. Es un fanático de la puntualidad y los traslados en coche del hotel a los circuitos no le gustaban demasiado con tráfico. En general, no le gusta perder el tiempo, ni al volante, ni en su vida. Pero hace tiempo que les echó el ojo a las autocaravanas, y al estilo de vida que implican y que tiene mucho que ver con la cultura americana que tanto le gusta.

De hecho, se alquiló autocaravanas en algunas vacaciones estos años atrás. Así que no se lo pensó mucho cuando el equipo Toyota le dio a elegir entre vivir en una caravana en el parque cerrado o en un hotel. Me gusta. Cuando acabas la etapa de te duchas, te tumbas en la cama y estás en seguida en ahorro energía. En el hotel tienes que coger el coche e irte, al día siguiente tienes que levantarte mucho más temprano Es diferente. Me gusta el ambiente del campamento, estar cerca del coche.

Y vivir el ambiente propio del Dakar, aunque Jesús Calleja, su amigo, venga de visita cada tarde sobre todo para echarse unas risas.

El campamento está lleno de autocaravanas, la opción más lógica. Vivir en hotel implica madrugar mucho. Descansar cuanto más, mejor. Laika, Adria, Etrusco, Bürstner y Carado son las marcas de autocaravanas que se pueden ver en el campamento de este Dakar, no muy diferentes a las que centran el auge del caravanismo en Europa y también en España, donde disfrutan del mayor crecimiento de ventas del sector de la automoción.

Acompañado de sus amigos

Alberto Fernández, El Galle, conduce la autocaravana de un campamento a otro. Su amistad viene del kárting, cuando competían juntos, y la colaboración se ha estrechado en los últimos años. Es su sombra, su hombre de confianza. Y junto al Galle, viaja Edoardo Bendinelli, el fisio que le acompaña desde la primera época en Renault F-1.

El equipo me advirtió de que el Dakar es duro, que hay pilotos que llegan a perder hasta siete kilos, y que no viniera muy fino por ese aspecto, relata el bicampeón asturiano que por primera vez en muchos años no ha perdonado un polvorón durante las Fiestas en Asturias. En Navidades me he dejado llevar, dice antes de explicar que, físicamente, el coche no es muy duro. La dureza radica en las horas seguidas de máxima concentración en la que no puedes parpadear, porque en cada metro que recorres a algo nuevo. Es más dura mental que físicamente.