Miguel Álvarez afronta mañana su segunda experiencia como técnico del Villarreal B, después de coger el pasado domingo el relevo de Javier Calleja con éxito, una sufrida victoria ante el Hércules tirando «de épica». Fue la mejor manera de iniciar una nueva etapa y una nueva experiencia hasta ahora desconocida para el veterano entrenador jiennense, que ha visto como el Villarreal ha cumplido uno de sus mayores deseos desde que inició su etapa en los banquillos.

«Mi ilusión siempre fue poder dirigir a un filial y ya creía que nunca se iba a dar esta posibilidad», reconocía ayer el preparador amarillo, de 59 años, que no esconde su predilección por «poder trabajar con gente joven», como es la plantilla de un Villarreal B que aún no conoce la derrota esta temporada en el grupo III de la Segunda División B y que ya tiene una cómoda renta de cinco puntos sobre la frontera que marca las posiciones de ascenso.

MENOS SUFRIMIENTO / Miguel Álvarez espera que el filial no tenga que sufrir tanto como ante el Hércules para volver a sumar de tres en la visita del Formentera al Mini Estadi de la Ciudad Deportiva, este domingo a las 11.30 horas (en directo por TVCS Mediterráneo). «Fue un estreno complicado, porque metimos al Hércules en su propio campo y el gol de la victoria debió llegar ante, pero gracias a Dios resolvimos en una segunda parte sensacional», dice del 2-1 gestado en la prolongación en la anterior jornada.

PELIGROSO A DOMICILIO / Ahora llega el Formentera, que «se encuentra en una situación muy buena para ser un recién ascendido», apunta Álvarez sobre los nueve puntos que ostentan los del examarillo Tito García Sanjuán, siete de ellos conquistados a domicilio. «Es un dato que refleja los problemas que nos van a plantear. No será nada fácil», dice el técnico del Villarreal B.