Centrado en el nuevo reto de altura máxima que ha aceptado al relevar a Pep Guardiola en el Bayern de Múnich, Carlo Ancelotti no olvida ni oculta la profunda decepción que le supuso tener que abandonar el Madrid tras la temporada 2014-15. Con mayor o menor grado de resentimiento, en su libro de reciente aparición en castellano‘Liderazgo tranquilo': conquistar mentes, corazones triunfos’ (Editorial Indicios), el técnico italiano ajusta cuentas con el presidente del Madrid,Florentino Pérez, a quien critica no haber apostado por su continuidad en favor de la llegada de Rafa Benítez.

POLÍTICA INTERVENCIONISTA

La racha triunfal de Zinedine Zidane le carga de razón porque tiene claro que, su segundo entonces, sabe explotar como nadie la base que él cimentó en lo futbolístico y en las relaciones con la plantilla.

La política intervencionista del presidente y la pérdida de confianza en su forma de trabajar después de una temporada sin títulos solo podían llevar a su despido a la vista de los antecedentes.Florentino ya no era capaz de atender de ningún modo a las buenas perspectivas que le presentaba Ancelotti, pese a todo.

PEQUEÑOS AJUSTES

“Las cosas pintaban bien, había optimismo aunque no habíamos ganado nada. Habíamos llegado a la semifinal de Champions y mi relación con los jugadores era excelente. Los nuevos se habían adaptado a sus puestos y los demás miembros importantes del equipo se recuperarían pronto de las lesiones. Estaba convencidísimo de que estábamos en condiciones inmejorables para afrontar todas las competiciones de la temporada siguiente; solo faltaban unos pequeños ajustes, pero supongo que el presidente ya había tomado la decisión”, escribe ‘Carletto’.

El actual entrenador del Bayern palpaba los mismos indicios que cuando veía precipitarse su salida del Chelsea: no se hablaba del futuro, no se hacían planes y notaba sensaciones diferentes, que la relación era ya muy distinta. “Cuando recibí la noticia de que mi reinado en el Bernabéu había concluido, yo ya llevaba esperándola varias semanas a pesar de mi confianza en el futuro”, afirma.

EL AGENTE DE BALE

En realidad, la sintonía con Pérez había quedado rota meses antes, a raíz de que el presidente le pidiera explicaciones en torno a Bale. “Una mañana de marzo recibí un telefonazo del director general, que me dijo que el presidente quería hablar conmigo al final del entrenamiento. Aquello era insólito. Cuando fui a verle, me dijo que el agente de Gareth había estado en su despacho para hablar de la ‘situación’ del jugador.

"El 4 de enero yo había sustituido a Bale en el encuentro que representó el fin de nuestra racha ganadora y, según los rumores, el presidente había dicho que aquel cambio había sido un ataque contra él y que cuando me lo echó en cara no lo entendí, lo que motivó que desde entonces perdiera la confianza en mí”, escribe el exentrenador del Madrid, que relata que el representante del galés había dicho al dirigente que Bale no estaba contento jugando donde jugaba, que quería hacerlo más en el centro.

SEÑAL DE ALARMA

“El presidente me preguntó qué íbamos a hacer y yo le dije: ‘Nada’. Era imposible cambiarlo a aquellas alturas de la temporada porque entonces tendría que cambiar todo el sistema y mover a muchos más jugadores. También le dije que me extrañaba que el jugador no se hubiera dirigido a mí. Habría sido lo normal… Yo evito por todos los medios hablar con agentes. Más adelante, en respuesta a nuevos comentarios del agente de Bale, dije en la prensa que a veces es conveniente que los agentes mantengan la boca cerrada”, continúa Ancelotti, que admite que “desde aquel momento la relación con el presidente ya no fue la misma”.

"A veces es conveniente que losagentes mantengan la boca cerrada", dice Ancelotti en su libro

Sobre todo porque ya había detectado con anterioridad otra clarísima señal de alarma de que la fe del club en su capacidad para hacer su trabajo se había debilitado gravemente a raíz de la publicación de unas estadísticas, basadas en análisis de la UEFA, que revelaban que el Madrid se entrenaba menos que la mayoría de los equipos europeos de primera línea.

DESCANSO EN VEZ DE TRABAJO

“La consecuencia era que debíamos aumentar el volumen de trabajo de los entrenamientos. Pero los números se equivocaban. Habíamos ganado 22 partidos seguidos, de modo que algo teníamos que estar haciendo bien. Pero resultó que interrumpimos la racha de victorias cuando se hicieron públicas las estadísticas y ocurre que para explicar una derrota la gente, a veces, en vez de meditar fríamente sobre el problema, señala algo concreto y dice que la responsabilidad está ahí. (Yo, en vez de buscar a alguien a quien echar la culpa, prefiero buscar soluciones). El club se aferró a aquello que le servía de explicación y exigió más trabajo”, explica el técnico del Bayern, que vuelve a utilizar los argumentos que no quisieron ser atendidos por Pérez y sus palmeros.

DERROTA ANTE EL BARCELONA

“Era un error, la verdad es que yo necesitaba dar más descanso a los jugadores. Estuvimos un mes con lesiones y casos de agotamiento, y eso fue determinante cuando perdimos la Liga. Perdimos también ante el Barcelona en este periodo y entre febrero y marzo tuve lesionados a cinco jugadores importantes: Ramos, James, Pepe, Modric y Benzema. Nos afectaron en particular las lesiones de Modric y Benzema… Aunque ganamos nueve de los diez últimos encuentros, ya era demasiado tarde, habíamos perdido la Liga”.

Así que el “pacificador”, como Florentino le había presentado, tuvo que marcharse dolido después de comprobar en carne propia que “el Madrid no es un club para echar raíces. Incluso para los disparatados baremos del fútbol, el Madrid constituye una clase propia”.

En el momento de repasar su etapa blanca, Ancelotti hace especial hincapié en su contrariedad por el traspaso de Xabi Alonso, en la indiferencia que le provocó el fichaje de Odegaard, en su batalla por armonizar la difícil convivencia entre Casillas y Diego López y, cómo no, en la satisfacción que le produjo trabajar con gente como Sergio Ramos, “el líder principal”, y Cristiano Ronaldo.

El jugador portugués dice en el libro que hubiese querido que ‘Carletto’ se quedara más tiempo en el Madrid y que espera volver a trabajar con él, aunque tenga que aprender alemán.

EL APOYO DE CRISTIANO

“Si el ambiente era tan bueno se debía, entre otras cosas, a que protegía al vestuario del presidente y de cualquier otro factor que pudiera alterar el equilibrio de la familia… No se dejaba doblegar por las presiones de nadie… Sabe ser él mismo, tiene su propia personalidad, sus propias opciones, tomas sus propias decisiones y las defiende”, afirma Cristiano Ronaldo.