Castalia obró un nuevo milagro. El CD Castellón tiene un ángel en el cielo que le protege. Hace mucho tiempo que lo tengo claro. Desgraciadamente, este club ha tenido que salvar un sinfín de situaciones adversas en los últimos años. Demasiadas. Pero siempre ha logrado sobrevivir hasta a la larga lista de dirigentes nefastos. He visto de todo, como cuando gente buena como Ximo Roca o Manolo Godoy se dejaron la piel para salvar a su Castellón con un aval, hasta la operación del grupo de Montesinos, Dealbert y Pablo para liberarlo del secuestro de Cruz o el ascenso a Segunda B con un entrenador de casa, pasional y diferente como Sergi Escobar, también dramático y sufrido, y el recuerdo de aquel partido contra el Zamora con gol de Manu Bustos. Quiero arrinconar en el dark side de mi cerebro los malos recuerdos.

Sin embargo, tardaré de olvidar el milagro de Castalia que viví ayer. Esta vez el Castellón no se salvó en el último minuto. No, tuvo que esperar hasta cinco minutos después del último minuto, después de un guión retorcido y rebuscado.

Vivimos momentos de euforia y preocupación máxima, porque se llegó a temer hasta por la permanencia. El Barça B empataba al Castellón en el 89, dos minutos después (más o menos) de que lo hubiera hecho el Mestalla ante el Espanyol B. En el 93 César Díaz lograba el 2-1. Castalia desataba la locura, pero era irreal porque el Castellón se veía obligado a jugar el play out en ese instante. Confusión en la grada. La situación era tan complicada que muchos aficionados no tenían claro si levantarse para gritar de alegría o agachar la caberza por la frustración. Entre tanto, llega el gol del Conquense. La noticia se viraliza en Castalia... pero el segundo de Cano hacia un gesto de calma. Había que esperar al final del partido en el Collao. Y la espera se hizo eterna. El ángel custodio albinegro nos hizo esperar cinco minutos.

Los 14.000 que llenaron el estadio nunca perdieron la fe. Siempre creyeron en su Castellón y ese sigue siendo el mejor tesoro. A los miles de aficionados albinegros no les importa la categoría que juegue su equipo, para ellos lo único importante es el CD Castellón y solo con escuchar el pam pam orellut y ocupar una silla de Castalia les basta.

Por la mañana me llevé ya una sorpresa en el magnífico entorno del Palasiet de Benicàssim. Allí me topé con el periodista Melchor Miralles, acompañado del técnico gallego Fernando Vázquez y mi sorpresa fue mayúscula cuando me dijeron que por la tarde iban a ver al Castellón porque le habían contado que en Castalia el fútbol se vivía con una pasión especial. !Y seguró que salieron alucinados!

Bien está lo que bien acaba. La temporada ha sido muy mala en lo deportivo, pero los jugadores ayer dieron la cara y jugaron su mejor partido del año.

En lo personal ha sido el peor año de mi vida porque perder lo que más quieres es algo que nunca se cura. Y en lo profesional, las cosas tampoco fueron nada bien. Ayer, el Castellón me devolvió un trozo de alegría, como días atrás lo había hecho el Villarreal. Seguro que en el cielo mi madre también hizo un poco de fuerza por ambos. Quería escribir con alegría este penúltimo Directo de la temporada y por suerte ha podido ser así. Es muy bonito ver a tanta gente feliz en Castalia, que ayer parecía un estadio de la Premier League.

Ahora espero que el gobierno municipal que salga de las urnas el próximo domingo sepa lo que significa este club para la ciudad, porque no se puede vivir de espaldas a la realidad. No hay nada en Castellón que lleve 14.000 personas a un recinto, pero sobre con todas ellas embebidas de una fe ciega en unos colores, un escudo y un equipo. Solo el CD Castellón. Y el que no lo entienda no será un buen alcalde o alcaldesa para la ciudad. Me dan igual los colores políticos, porque no tengo filiación ni interés alguno con ninguno de ellos. No lo oculto, con el CD Castellón sí, Yo y miles y miles de albinegros. Hoy dormiré feliz, como muchos de ustedes y cientos de amigos. Mañana contestaré los numerosos mensajes en mi móvil.

Y concluyo. Las acciones de un club marcan la propiedad. Garrido es el dueño y ha arriesgado su dinero. Lo agradezco, pero el CD Castellón es patrimonio de los 14.000 que ayer rieron y lloraron con su equipo. Y de miles más que no caben en Castalia. Por favor, seamos rigurosos con ellos. PPO.

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@josellizarraga