El pasado mes de mayo, Jesús Tomillero tomó la difícil decisión de dejar el arbitraje debido a los graves insultos homófobos que se habían convertido ya en una costumbre habitual en los campos donde pitaba. "Te vas a meter el gol por el culo, maricón de mierda" o "eres un comepollas y te gusta que te partan el culo", son solo algunas de las vejaciones que confesó a los medios haber recibido.

Pero Tomillero, el primer árbitro autodeclarado homosexual en España y presidente de la asociación contra la LGTBfobia (Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales) en el deporte, se negó ha renunciar a una pasión a la que se dedica desde los once años. Con el inicio de la temporada, decidió volver a arbitrar, pero ya en su segundo fin de semana de competición, ha revivido la misma desagradable situación.

"Un espectador me dijo: 'Retírate que hay que ser maricón, vete a Gran Hermano, chula'. Fui al delegado local para decirle que si no abandonaba ese señor el terreno de juego, suspendía el partido. Lo echaron, pero volvió a entrar y siguió insultando", ha declarado a 'El Español' Jesús, que se vio obligado a detener el choque que enfrentaba al Atlético Zabal de La Línea y al CD La Salle de Puerto Real, correspondiente a la Segunda división infantil de Cádiz.

Según recogió en el acta, una persona identificada como Enrique Huertas se personó entonces en su vestuario, alegando pertenecer a la real federación andaluza de fútbol, y exigiéndole que reanudara el partido si no quería "tener noticias de él". Pero el agravante ha tenido lugar en las horas posteriores al incidente, en las que Jesús ha recibido numerosos insultos y amenazas a través de Twitter.

BAJO VIGILANCIA POLICIAL

"El patrón está muy enojado, no le gustan los maricones en sus campos, te aconseja que te retires o mueres" o "hijo de tu puta madre, te asesinaremos, puto con sida", son solo algunos de los tuits públicos y privados que le han obligado a denunciar a la policía. "Ya es secreto de sumario y me han puesto vigilancia policial en mi casa porque tengo mucho miedo", ha confesado Jesús, a quien la realidad ha vuelto a golpear con crudeza justo cuando pensaba que su calvario había terminado.