El Villarreal abandonó ayer el Ramón Sánchez Pizjuán tocado por la derrota, con el Sevilla recortándole tres puntos en la pugna por la cuarta plaza y con uno de sus jugadores más decisivos de la temporada, Alphonse Areola, haciendo saltar todas las alarmas a las puertas de una semana decisiva para los intereses del conjunto de la Plana Baixa.

El guardameta francés concluyó el choque ante los hispalenses con molestias en la rodilla izquierda y a cuatro días de la vuelta de octavos de final de la Europa League ante el Bayer Leverkusen se antoja difícil su presencia bajo palos en el BayArena.

Para conocer el alcance de la lesión, que ya llevó a Asenjo a calentar en la banda del feudo sevillista por sí Areola no podía continuar, el jugador galo se someterá a lo largo de la semana a pruebas médicas con el objetivo de saber si Marcelino podrá contar con su meta titular en Leverkusen, algo que parece complicado, o el domingo en la visita del todopoderoso Barcelona a El Madrigal.

Asenjo, preparado // De todos modos, en el caso de que se cumplan los peores augurios y las molestias impidan jugar a Areola ante el Leverkusen, Marcelino podrá tirar mano de otro seguro en la portería, y su titular la temporada pasada: Sergio Asenjo.

Y es que atrás queda ya el duro calvario que el arquero palentino ha tenido que atravesar después de una lesión el 29 de abril del pasado año en un choque ante el Atlético de Madrid le obligara a pasar por el quirófano por culpa de la rotura de la plastia del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha.

Ahora, once meses después y entrenándose desde el pasado mes de octubre, la inoportuna lesión de Areola puede abrirle las puertas de la portería grogueta a Asenjo y hacerlo, además, en un duelo en el que el Submarino deberá hacer valer su ventaja para sellar su pase a cuartos de final. Coincide, además, que la primera citación esta temporada para Asenjo llegó también en Europa, en la vuelta ante el Nápoles.

PROCESO FEBRIL // Pero no solo Areola abandonó Sevilla con molestias. De hecho, a la conclusión del encuentro Marcelino reconoció que hasta cinco jugadores, entre ellos Bailly, habían jugado “con catarros y procesos febriles”, aunque defendió que pese a ello “dieron el máximo”. H