En un Villarreal de mucho toque, buen trato de balón y, en ocasiones, demasiado juego horizontal, el equipo precisaba de un jugador de banda que rompiera los moldes. Un extremo con desborde, desequilibrante, que pusiera en jaque las defensas del rival y fuera una alternativa ofensiva real a la Gerardependencia. Ese hombre es Samu Chukwueze, el arma secreta de Unai Emery. El internacional nigeriano está llamado a ser el percutor atacante que ayude al Submarino a romper su dinámica negativa en la Liga, donde el equipo acumula siete jornadas consecutivas sin conocer la victoria.

Las diferentes lesiones han ido lastrando al conjunto amarillo, que ha ido perdiendo potencial ofensivo, con percances físicos de Gerard Moreno, Moi Gómez, la salida al Getafe del japonés Take Kubo o la operación inguinal a la que fue sometido el propio Chukwueze.

Es por ello que Emery tuvo que recurrir a laterales, como Alfonso Pedraza o Rubén Peña para jugar de extremos en diferentes partidos.

NUEVE PARTIDOS AUSENTE / La ausencia de Chukwueze la notó, y mucho, el conjunto amarillo, falto de futbolista con explosividad, desborde y uno contra uno. El nigeriano había disputado su último encuentro el 8 de enero en Vigo ante el Celta (0-4), precisamente la última victoria que lleva el Villarreal hasta la fecha en el campeonato liguero.

Tras ello, tuvo que pasar por el quirófano, perdiéndose cinco encuentros de Liga, tres de Copa y uno de Europa League, notándose la falte de un jugador de su estilo.

El africano reapareció mes y medio después, el 21 de febrero en San Mamés, donde con 1-1 en cinco minutos (entró en el 85), ya se notó su presencia, encerrando al Athletic y pudiendo anotar el 1-2.

Tras ello, el pasado domingo ante el Atlético de Madrid fue el mayor peligro del Submarino, un arma a la que Emery quiere dar continuidad con vistas al derbi del viernes en Mestalla ante el Valencia, donde urge una victoria.