El Castellón, en cierta medida, también tenía intereses ayer en el Atlético Baleares-Racing, una de las dos eliminatorias entre campeones. El 1-1 en Son Malferit, combinado con el 0-0 del Sardinero, quema el primer cartucho de los mallorquines, pero devuelve a los cántabros al fútbol profesional. Y, de rebote, renueva automáticamente el contrato de César Díaz, lo que añade más dificultad a que el manchego pueda seguir vistiendo de albinegro.

El atacante albaceteño, autor de ocho goles desde su llegada en enero a Castalia vía préstamo (lo que le ha valido para ser el máximo realizador del equipo y, a la vez, ser el hombre que certificó la permanencia de los orelluts en la temporada de su retorno a Segunda B), tenía una cláusula de renovación automática en el caso de que los santanderinos, con los que tenía contrato hasta el próximo 30 de junio, subiesen. No obstante, otra cosa es que vaya a jugar en el Racing la próxima campaña, porque si ya no contaba en esta, en una categoría superior, por mucho que se haya revalorizado con su actuación en el Castellón, se antoja harto difícil.

PRONTO... O MUY TARDE // No obstante, el futbolista podría tratar de forzar su situación. El abanico de opciones es amplio: desde que lo haga y no se aclare su salida hasta los compases finales del mercado de verano; o que ambas partes, conscientes del verdadero rol de cada uno, lleguen a un madrugador acuerdo para que el manchego sea libre y pueda decidir a qué equipo irá, porque pretendientes no le van a faltar.

El asunto, desde la perspectiva albinegra, no cambia mucho. Dificultad máxima y paciencia, igual o superior, porque ahora, para retener a César Díaz, también debe tener en cuenta que el club al que pertenece no solo entra en la ecuación, sino que resulta determinante a la hora de despejar la incógnita de la misma.

Sin embargo, todo queda aparcado hasta que, en los próximos días, no se decida quién lleva las riendas del club albinegro. Y a partir de ahí, a poner en marcha el próximo proyecto...