Joan Barreda (Honda), después de quedar segundo en la sexta etapa del Dakar (viernes), que el estadounidense Ricky Brabec, su compañero de equipo y actual líder de la carrera, «está intratable», por lo que consideró que será complicado alcanzarle. El torreblanquino es quinto, pero a casi 33 minutos del americano.

El inicio del rally estuvo marcado por sus molestias físicas y una caída que le provoca fuertes molestias en las costillas. «Apenas podía respirar: tenía que hacer respiraciones encima de la moto y, al mismo tiempo, navegar por rutas súper difíciles», admitió, aprovechando la jornada de descanso. «Me molesta bastante, sobre todo por las mañanas con el frío, porque el cuerpo se queda más duro. También lo noto después de las etapas y lo vuelvo a sentir cuando hay un tramo que me relajo un poco», detalló.

Barreda explicó que solo está tratando la lesión con masajes, porque «si tomas una pastilla para el dolor en una carrera con tanto desgaste como el Dakar, terminas aún más desgastado». «Por experiencia de otros años hemos intentado tratarlo con el fisioterapeuta para ir recuperándolo cada día varias veces», ahondó.

Dinamita es optimista cara a la segunda semana de competición, cuando la carrera emprenderá rumbo al desierto de Rub al-Jali, un espacio de 650.000 kilómetros cuadrados lleno de dunas y prácticamente deshabitado, tras el aperitivo del viernes que él aprovechó para conseguir su mejor resultado en este Dakar, tras cinco días discretos donde el rally se desarrolló por un hábitat más hostil de caminos de montaña, con muchas rocas. «Prefiero las dunas porque es lo que siempre he corrido», asintió. «No recuerdo muchas carreras con tanto días seguidos de piedras y rocas», incidió el torreblanquino.

«Estoy satisfecho. No ha sido para mí fácil el inicio. Ya venía tocado y después tuve una caída que me hizo resentirme», constató Barreda, que subrayó que pasó por «algún momento crítico».